Descarbonización en talleres: conciencia y reducción

23 de enero de 2024

El cambio climático se está posicionando como una de las mayores preocupaciones de la sociedad actual y, como todos sabemos, una de las principales causas de este cambio son los gases de efecto invernadero que se acumulan en la atmósfera derivados, fundamentalmente, de los procesos industriales. En este aspecto, los talleres de carrocería no están exentos de provocar gases de efecto invernadero, de hecho, tienen un impacto significativo en el medio ambiente, debido al consumo de energía, el uso de productos químicos y la generación de residuos.

Consideramos que realizar un estudio detallado, a través del análisis y calculo para obtener los totales anuales de gases de efecto invernadero emitidos por el taller, es la mejor herramienta y paso fundamental para empezar a implantar políticas sostenibles con el medioambiente. Una vez se dispone del cálculo inicial como valor de referencia, se debe realizar una primera etapa de análisis del reparto de pesos respecto a los diferentes procesos de trabajo desarrollados por el taller en los que de forma directa o indirecta se generan emisiones. En segunda instancia, y a la vista de toda la información obtenida, se podrán coordinar los esfuerzos para plantear planes de reducción y cuantificar la evolución del taller en materia de reducción de gases de efecto invernadero a lo largo del tiempo.

En esta primera etapa habrá que estudiar lo que se define como huella de carbono, que se trata de la generación directa o indirecta de gases de efecto invernadero, expresados en su conversión a cantidad de CO2 equivalente durante un plazo de tiempo, dándonos como resultado la huella de carbono de un individuo, evento, organización o producto del cual sea objeto el estudio.

De esta forma se deberán agrupar todas estas emisiones en CO2 equivalente del taller durante el curso de un año, realizando un estudio de actividad y efectuando un resumen de consumos pormenorizado durante ese periodo. Según los protocolos actuales este cálculo se divide en 3 alcances y en el taller de carroceria generalmente se debieran controlar los siguientes:

Alcance A1

Emisiones directas:

Las emisiones de las fuentes propias o controladas por la empresa.

  • Identificar y medir el consumo de combustibles fósiles usados en instalaciones. Como podría ser el gas natural o gasoil para el calentamiento de las cabinas.
  • Identificar y medir el consumo de combustibles fósiles en vehículos de taller. Vehículos propiedad del taller de los que la empresa tenga que hacerse cargo de su suministro. Por ejemplo, una furgoneta destina a la recogida de recambios.
  • Identificar y controlar el consumo de gases fluorados. Como podría ser la cantidad de refrigerante recargada en la revisión, por perdidas en el circuito, del sistema de climatización del taller, respecto a la cantidad cargada en la anterior revisión.

La huella de carbono de un taller refleja la generación de gases de efecto invernadero que produce, expresados en su cantidad de CO2 equivalente durante un plazo de tiempo.

Emisiones directas de proceso:

Emisiones de gases de efecto invernadero realizadas en procesos propios de la activad del taller.

  • Identificar y medir la cantidad y tipo de pintura utilizada en los procesos de reparación. Ya que, aunque no de forma directa en el momento de la aplicación, algunos componentes de la pintura (los componentes orgánicos volátiles) tras su aplicación, generan CO2 por oxidación.
  • Identificar y controlar el consumo y tipo de gases en soldadura de metal con gases activos (MAG). Aunque se trata de pequeñas cantidades, dependiendo del tipo de gas, hay un mayor o menor aporte directo de CO2 en este proceso. 

Alcance A2

Emisiones indirectas:

Emisiones procedentes de la energía comprada o adquirida.

  • Identificar y medir el consumo de energía importada. En el caso del taller, únicamente se trata de las emisiones derivadas de la utilización de energía eléctrica.

Alcance A3

Emisiones indirectas:

Emisiones producidas en la cadena de valor del taller.

  • Identificar y medir el resto de las actividades de los activos que no son propiedad del taller, ni están bajo su control, pero sobre los que el taller ejerce un impacto indirecto en su cadena de valor. En el caso de los talleres estaríamos hablando de las emisiones producidas por: los productos y servicios comprados, el desplazamiento de los empleados, la gestión de los residuos, viajes de empresa, etc.

La complejidad e incertidumbres de este último alcance 3 hacen muy difícil la elaboración de un cálculo al nivel de los dos primeros, por lo que se recomienda un estudio detallado para calcular la huella según los alcances A1+A2 durante periodos anuales, animando a realizar cálculos parciales o aproximados del alcance A3, sobre todo en aquellas emisiones en las que el taller pueda aplicar medidas para su reducción.

Una vez conocemos la cantidad de CO2 equivalente que el taller emite anualmente, pasamos a la segunda etapa, en la que se deben analizar varios puntos para adoptar prácticas más sostenibles que nos permitan iniciar el proceso de descarbonización:

Se recomienda realizar estudios para calcular la huella A1+A2 durante periodos anuales, animando a realizar cálculos parciales o aproximados del alcance A3.

  • Eficiencia energética:

Uno de los principales factores que contribuyen a la huella de carbono de los talleres de carrocería es el consumo energético. Es esencial implementar medidas de eficiencia energética, como pueda ser; valorar la actualización de equipos y maquinaria obsoleta por modelos más eficientes, instalación de iluminación LED o de bajo consumo, coordinar el flujo de trabajo del taller para aprovechar el calentamiento de la cabina, asegurarse un correcto aislamiento de las instalaciones para reducir las pérdidas o incrementos de calor.

  • Políticas sostenibles de productos químicos:

Los productos químicos utilizados en los talleres tienen un impacto directo en el medio ambiente. Algunas estrategias para minimizar este impacto son; optar por productos químicos menos tóxicos y biodegradables, utilizar productos con componentes de origen renovable, implementar técnicas de pintura que reduzcan la emisión de compuestos orgánicos volátiles (COV) y utilizar productos de limpieza ecológicos y biodegradables.

  • Gestión de residuos:

La correcta gestión de residuos es otro desafío importante para los talleres de carrocería. Algunas prácticas sostenibles para abordar este problema son; colaborar con empresas de gestión para el reciclaje para materiales como el metal, el plástico y el vidrio, reducir el uso de materiales desechables y optar por opciones reutilizables siempre que sea posible e implantar procesos para una gestión adecuada de residuos tóxicos inertes y urbanos.

Siendo conscientes de cómo y cuál es nuestro aporte de gases de efecto invernadero a la atmósfera, seremos capaces de tomar medidas específicas para reducirlo.

  • Promoción de alternativas sostenibles:

Además de los puntos anteriores, los talleres de carrocería pueden promover alternativas sostenibles en su enfoque comercial; siempre que sea posible, fomentar la reparación en lugar de la sustitución de piezas dañadas, ofrecer la posibilidad de sustituir las piezas con recambio reciclado, dar servicios de mantenimiento y ajuste de vehículos para mejorar su eficiencia, estudiar la posibilidad de instalar sistemas de autoconsumo eléctrico, valorar distribuidoras energéticas cuyo suministro provenga mayoritariamente de orígenes sostenibles y promover de forma activa las medidas que dependa de los clientes.

  • Adhesión a proyectos de absorción o compensación:

Una vez que se han puesto todos los medios disponibles para reducir la huella de carbono en el taller, existen proyectos con los que colaborar para contribuir a la reducción global de CO2 equivalente o incluso proyectos forestales de absorción.

Desde Centro Zaragoza ponemos a disposición de los talleres servicios totalmente enfocados a su relación con el medioambiente, como son, la certificación de “Taller Sostenible CZ”, de la que ya hemos hablado en otros artículos, y que pone en valor los esfuerzos realizados por un taller para mejorar su impacto medioambiental, o servicios de asesoramiento y cálculo de la huella de carbono, a través de los cuales los talleres puedan disponer de un punto de inicio, que les sirva de referencia para ir mejorando y midiendo sus esfuerzos en este ámbito.

El mejor aporte de cualquier tipo de industria para disminuir su impacto en el cambio climático pasa por reducir, en lo posible, la huella de carbono que produce su actividad, y este proceso comienza conociendo cómo y cuál es su aporte de gases de efecto invernadero a la atmosfera. Solamente disponiendo de este dato se podrán tomar medidas específicas para reducirlo, y contribuir con ello a la sostenibilidad del planeta.

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