Procesos de lijado en los trabajos de pintura

26 de mayo de 2023

Objetivo: productividad, eficiencia y calidad de acabado

En el anterior número de la revista se señaló la importancia de los procesos de lijado, tanto por los cometidos que cumplen, necesarios para una buena calidad de acabado, como por el tiempo que se precisa emplear en esta operación respecto del total del repintado. El peso de estos procesos en los tiempos de mano de obra de pintura hace plantearnos qué mejoras se pueden realizar en ellos para mejorar la eficiencia, lo que nos lleva a conocer y analizar los distintos elementos que intervienen en estas operaciones.

Con el objetivo de mejorar la eficiencia en los procesos de lijado, el taller debe conocer y analizar los distintos elementos que intervienen en estas operaciones para determinar qué mejoras pueden implantarse. En el anterior número de la revista se analizaron los factores que determinan el comportamiento de las lijas o abrasivos y, en este artículo, se continúa con el resto de los elementos: el proceso realizado, los equipos, útiles y herramientas empleadas, las instalaciones, el personal y la organización del taller.

Proceso de lijado

El conocimiento del proceso de trabajo es fundamental para agilizar y optimizar las operaciones de lijado. En relación al proceso de lijado, se deberá tener en cuenta las siguientes recomendaciones

Estandarización de los procesos: La estandarización de procesos permite establecer unas líneas claras de actuación, válidas para cualquier operario, y previene errores que pueden dar lugar a defectos y/o repintados que conllevan tiempos y materiales perdidos. Es una forma de optimizar los procesos, facilitando el seguimiento del rendimiento y la propuesta de mejoras, evitando cometer errores, llevando a una reducción de stocks de material y consiguiendo una constante y alta calidad en el acabado.

En esta estandarización se definirá la combinación de los abrasivos o lijas y las herramientas de lijado con su diámetro de órbita en cada etapa del proceso de lijado. En este sentido, son varios los fabricantes de abrasivos que han definido un sistema de lijado compuesto por 4 pasos, que corresponden a 4 granulometrías de lija según el sistema de nomenclatura FEPA (la más empleada en España) o a discos numerados del 1 al 4, según el orden del proceso de lijado.

Lijado escalonado: En cada etapa es importante realizar un proceso de lijado escalonado o progresivo a lijas más finas, hasta alcanzar el nivel de acabado deseado, que será aquel que la siguiente capa de pintura sea capaz de cubrir. Como norma, si se emplean lijas con granulometría FEPA y lijado en seco, el salto entre dos granos de lija a emplear debe ser de máximo tres numeraciones sucesivas en la escala FEPA, de esta forma, la lija más fina será capaz de eliminar las huellas de lijado creadas por el anterior grano empleado.

Lijado en seco: El lijado se puede diferenciar según se realice en seco o al agua. Hoy en día, los fabricantes de pintura recomiendan el lijado en seco y a máquina (excepto en zonas de difícil acceso, esquinas y bordes) en todo el proceso de repintado, dejando el lijado al agua únicamente para las operaciones de matizado y eliminación de defectos, en las que se emplean lijas de granulometría muy fina, normalmente a partir de P1200-1500. La razón es que el lijado al agua, que suele ser manual, supone un mayor tiempo y esfuerzo por parte del operario y, además, en el caso del lijado de la masilla y aparejos de alto relleno, puede generar defectos en el acabado.

Empleo de la guía de lijado: Antes de proceder a lijar la masilla y el aparejo secos, es recomendable aplicar guía de lijado para controlar la correcta nivelación de la superficie, ya que permite visualizar durante el lijado las zonas que todavía no se han nivelado.

Aplicación de la guía de lijado sobre el aparejo.

Prelijado a mano en esquinas, bordes y zonas de difícil acceso: Cuando no pueda emplearse una lijadora, como en zonas de difícil acceso, bordes o aristas, se empleará una lija con taco, una esponja abrasiva o un abrasivo tridimensional de la granulometría adecuada. En el caso de emplear una lija directamente con la mano, sin soporte, se recomienda seguir un movimiento perpendicular a la posición de los dedos que deben estar juntos para no crear marcas.

Aplicación de masilla y aparejo pensando en su lijado posterior: Una correcta aplicación de la masilla, con la presión y dirección adecuadas y sin rebabas, reducirá los tiempos de lijado. En el caso del aparejo lijable, su aplicación no debe llegar hasta el límite del enmascarado, puesto que tras su lijado podría notarse el contorno de la zona aparejada después de la aplicación de la pintura de acabado. Por otra parte, la aplicación del aparejo se realiza en manos de extensión cada vez menores, es decir, la primera mano abarcará una mayor superficie que la siguiente, evitando que las pulverizaciones en los contornos de las manos aplicadas queden después al descubierto tras el lijado, dando lugar a posibles absorciones.

Herramientas, equipos y útiles para el lijado

Los factores que influirán en la eficiencia del lijado relacionados con las lijadoras son: su potencia, presión y velocidad empleada (rpm), el plato empleado, la aspiración y el diámetro de órbita de la lijadora.

La potencia de la lijadora, la velocidad fijada y la presión ejercida por el operario, influirán en la rapidez del lijado. La presión ejercida deberá ser ligeramente mayor al propio peso de la lijadora para reducir el embazamiento de la lija y conseguir menor rugosidad en el acabado.

Los platos de las herramientas de lijado, donde apoyan las lijas, deben adaptarse al diseño de la lija empleada para favorecer al máximo la aspiración del polvo de lijado. Además, los platos presentan diferentes tamaños y durezas, pudiendo encontrar platos duros, medios y blandos. Si el plato es duro, no se adapta a la superficie que se lija, sino que es la que va dando forma, por lo que se emplea en las primeras etapas de lijado, como en el lijado de la masilla. Mientras que, si el plato es blando, éste se adapta a la superficie, la repasa y, por tanto, se emplea en etapas finales como en el afinado del aparejo. También es posible acoplar una interface al plato para amortiguar la acción del abrasivo, por ejemplo, en los lijados de áreas curvas o pliegues, como en el lijado de la cataforesis, para evitar eliminar esta capa de protección anticorrosiva con la que viene la pieza, o en el matizado de la superficie a repintar, antes de la aplicación de la pintura de acabado. También pueden emplearse en estos casos, discos almohadillados o de espuma que, igualmente, amortiguan la acción del abrasivo proporcionando un acabado uniforme.

El proceso de lijado definido por el taller debe ser sencillo de entender e implantar y es recomendable que se refuerce, por ejemplo, colocando carteles en el taller, en las zonas de preparación, en el que se indiquen las lijas y herramientas a emplear en cada etapa de la reparación.

La aspiración del polvo de lijado reduce el embazamiento de la lija, lo que prolonga su vida útil y su poder de corte, además de conseguir un ambiente más sano para el trabajador y más limpio para los trabajos de pintura. Esta aspiración puede incorporarse a la propia lijadora, realizarse con un equipo móvil conectado a la lijadora mediante una manguera (a los que pueden incorporarse estaciones de trabajo para la colocación de materiales de lijado y lijadoras), o con aspiradores fijos y centralizados. Por otra parte, la recogida del polvo de lijado mediante aspiración facilita su gestión como residuo.

El diámetro de órbita indica el grado de agresividad que ejerce en la abrasión, de manera que, para un mismo grano de lija, con un diámetro de órbita alto se conseguirá un trabajo rápido, de mayor agresividad, mientras que con un diámetro de órbita bajo se consigue un trabajo de mejor calidad, pero en un mayor tiempo. En el taller de pintura los diámetros más habituales son 3 y 5, aunque también se emplean diámetros de 7 y 2,5. Generalmente, se recomienda los diámetros de órbita 7 y 5 en los procesos de lijado del área de trabajo tras la reparación de chapa y en el lijado de la masilla; y los diámetros de 3 y 2,5 en el afinado de masilla, lijado de aparejo y lijado-matizado de la superficie antes de aplicar la pintura de acabado.

Lijadora de órbita 3 mm.

También es importante que la lijadora cuente con una buena ergonomía que le confiera maniobrabilidad, agarre cómodo y le permita lijar al operario durante un tiempo considerado sin fatiga. En este punto, la vibración y el peso de la lijadora son factores a tener en cuenta.

Lijadora de órbita 5 mm.

Instalaciones

El lugar de trabajo debe estar orientado a los procesos que en él se realicen. En el caso del lijado en la zona de pintura, éste se lleva a cabo en las zonas de preparación de pintura. Para lograr un proceso más limpio y seguro, tanto para los procesos de repintado como para la salud del operario, estas zonas podrán contar con planos aspirantes que recojan los polvos de lijado que no sean extraídos por el equipo de lijado o cuando se realicen procesos de lijado manual sin aspiración.

Personal

El personal es siempre un elemento clave en los procesos de reparación. Su experiencia y conocimiento repercutirá en la calidad del trabajo realizado y en los tiempos empleados para llevarlos a cabo. El pintor deberá estar formado y cualificado para realizar los procesos de lijado, conocer los granos de lija o pasos a emplear en cada caso, detectar las irregularidades en la superficie con la mano y trabajar de acuerdo con los estándares o procesos fijados en el taller.

Organización

Como en todos los procesos de trabajo englobados en la actividad del taller, la organización juega un papel fundamental para mejorar su eficiencia. En el caso de los procesos de lijado, se deberá prestar atención a las actividades de “no valor añadido” como: tiempos de espera del operario por no tener el material de lijado a mano o por un incorrecto mantenimiento de las herramientas de lijado, movimientos de operarios para buscar material o equipos, repeticiones por errores en el proceso de lijado, por ejemplo, para eliminar defectos como huellas de lijado visibles (caracolillos), exceso de stocks en lijas, por ejemplo, disponer de muchos números de grano y no emplear todos, etc. El pintor debería disponer del material y herramientas de lijado en la zona de preparación, a mano y ordenado.

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