Técnicas PDR

4 de septiembre de 2023

Reparación de abolladuras sin pintura

Las técnicas PDR, de sus siglas en inglés “Paintless Dent Repair” o “Paintless Dent Removal”, reparación o eliminación de abolladuras sin pintura, son un conjunto de técnicas que permiten reparar deformaciones en piezas en las que no se ha visto afectada la pintura, volviendo la chapa a su configuración original, sin necesidad de un repintado posterior. Esto supone un ahorro de tiempo y de costes, además de mantener el valor del vehículo y ser un proceso más sostenible frente a la reparación convencional.

Las técnicas PDR, que en España también se conocen como DSP, “Desabollado Sin Pintar”, permiten eliminar abolladuras, devolviendo la chapa del vehículo a su forma original sin necesidad de emplear lijas, masillas o pinturas. Mediante el empleo de esta técnica de reparación, se reduce el tiempo de mano de obra y de estancia del vehículo en el taller, se mantiene la pintura original del vehículo evitando su pérdida de valor, generalmente se reduce el coste económico de la reparación y se trata de un proceso manual más sostenible, al eliminar el consumo del material de pintura y reducir en gran medida el consumo energético.

Una de las aplicaciones más habituales para las técnicas PDR son la reparación de daños por granizo, aunque también se pueden emplear para pequeños golpes en los costados, como los típicos golpes de aparcamiento, o cualquier impacto externo pequeño o mediano que cumpla ciertas condiciones. Este tipo de reparaciones tiene también una alta demanda en el caso de vehículos de ocasión, renting o nuevos.

Para que se pueda llevar a cabo una reparación de este tipo, las piezas afectadas deben cumplir una serie de condiciones:

  • Se debe tratar de una pieza de chapa. Ya que el material plástico presenta un comportamiento diferente del de la chapa, requiriendo un proceso y herramientas diferentes para devolver la pieza de plástico a su forma original.
  • La pintura no debe presentar daños. A pesar de que la pieza presente abolladuras o deformaciones, la pintura no debe estar afectada, ya que no se va a repintar tras la reparación. En ocasiones se pueden emplear estas técnicas para reducir el tamaño del daño y después repintar, aunque no es el objetivo principal de las técnicas PDR.
  • La zona a reparar no debe llevar masilla de una reparación anterior. Si se emplean estas técnicas en piezas repintadas con masilla en la zona a reparar, la pintura puede acabar dañándose, debiendo realizar entonces un repintado.
  • La chapa no se ha estirado excesivamente. Ya que, en este caso, no será posible la eliminación de la abolladura mediante estas técnicas. La profundidad de la abolladura es más crítica que su tamaño.

Dentro de las técnicas PDR, dependiendo de la herramienta y proceso empleado, se distinguen tres tipos de reparaciones o técnicas:

  • Reparación mediante varillas: en la que se ejerce presión sobre las abolladuras desde la parte interior del panel.
  • Reparación mediante adhesivos termofusibles: en la que se ejerce presión sobre las abolladuras desde la parte exterior del panel.
  • Reparación mediante inducción: en la que se ejerce calor mediante inducción magnética para recuperar la rigidez de la chapa.

Reparación mediante varillas

Mediante esta técnica se emplean varillas de diferentes formas y materiales con las que se ejerce presión por la cara interna de la chapa. La destreza y experiencia de los varilleros, como se les denomina a los técnicos, es fundamental para lograr una buena reparación.

Con esta técnica se necesita la accesibilidad por la cara interna de la chapa deformada, por lo que puede ser necesario realizar algunos desmontajes, como aquellos guarnecidos o elementos que impidan el acceso a las varillas.

Los equipos, herramientas y útiles empleados para la técnica PDR mediante varillas son:

Varillas y barras: generalmente de acero, presentan diferentes longitudes y formas. Hay una gran variedad de varillas o barras, y reciben distintos nombres según tipo, como: brace (para llegar al daño a través de orificios en la pieza), cola de ballena (para las zonas de refuerzo), de punta plana, de punta intercambiable, de mango ajustable o giratorio, para paneles laterales o puertas, de doble ángulo, etc. En el mercado pueden encontrarse kits de varillas con una variedad de éstas para reparar las abolladuras según su tipo y localización.

Lámparas y sus accesorios: LED grandes, LED portátiles, cristales y reflectores. Las grandes van sobre un soporte con ruedas y las de menor tamaño se unen a la carrocería mediante una ventosa y un brazo articulado. Llevan franjas de luz LED con tonalidades blanca y amarilla para detectar mejor las abolladuras y los movimientos de la chapa con las varillas.

Martillos con cabezal metálico o de goma, tases, punzones y puntas, para eliminar los altos de la chapa, por ejemplo, si se ha levantado en exceso con la varilla.

Accesorios: ganchos para hacer palanca con la varilla, placas y cuñas protectoras para puertas, topes para la sujeción del capó abierto o puertas/portones, útiles para hacer palanca, protecciones para el vehículo, rotuladores o ceras para marcar, etc.

Soportes/caballetes para colocar las piezas.

Herramientas para el desmontaje/montaje de tapizados, protectores y elementos.

Otros: maletines o carros para guardar la herramienta, sillas o bancos para una posición ergonómica y cómoda.

Esta técnica de reparación requiere de práctica en el manejo del utillaje tipo varillas para lograr los resultados deseados, siendo preciso tiempo y paciencia para alcanzar la habilidad necesaria.

Antes de proceder a reparar la abolladura con la varilla, el técnico deberá:

  1. Examinar el área afectada: localizar la abolladura y examinar la accesibilidad para llevar a cabo la reparación.
  2. Buscar la posición de trabajo correcta para trabajar, teniendo en cuenta aspectos de comodidad y ergonomía.
  3. Colocar la lámpara de manera que permita ver el reflejo de la abolladura e ir trabajando hasta su eliminación.
  4. Elegir la herramienta adecuada, dependiendo del tipo de abolladura y su localización.
  5. Buscar el punto de apoyo para la herramienta.

Existen talleres y centros especializados en este tipo de técnicas de reparación que cuentan con profesionales bien capacitados, si bien, también es interesante que los talleres de carrocería y pintura dispongan de algún técnico con los conocimientos y habilidades necesarias para desarrollar este tipo de reparaciones.

Reparación mediante adhesivos termofusibles

Esta técnica de reparación consiste en calentar un adhesivo termofusible (“hotmelt” en inglés) mediante una pistola, aplicarlo en estado líquido sobre una ventosa y adherirla a la zona dañada por el exterior. Cuando se haya enfriado el adhesivo, ya en estado sólido, se tira de la ventosa para levantar la chapa con ayuda de un martillo de inercia o mediante “tiradores de ventosas” (herramientas de tracción) hasta lograr reconformar la chapa.

Este tipo de reparaciones se emplean cuando no se tiene acceso con las varillas, como en montantes, zona de doble chapa o refuerzos cerrados; para reducir el tamaño del daño antes de continuar con las varillas o con los métodos tradicionales de reparación; o directamente para eliminar abolladuras pequeñas y medianas en los paneles en los que la pintura no se ha dañado.

Los equipos, herramientas, útiles y materiales necesarios para desarrollar la técnica de adhesivos termofusibles son:

  • Pistola para calentar y aplicar el adhesivo. A batería o con cable.
  • Pegamento/adhesivo: barras de adhesivo termofusible. De diferentes tamaños (según pistola) y colores.
  • Ventosas, de diferentes tamaños y formas: redondas, cuadradas, rectangulares, ovaladas o en ángulo para nervios. Son de material plástico y base generalmente ondulada, con estrías o rugosidad para favorecer la adherencia con el adhesivo.
  • Removedor de pegamento Solución alcohólica para retirar el adhesivo de la superficie y de la ventosa.
  • Martillo de inercia o tirador de ventosas “Mini-dent lifter” del inglés, para ejercer la fuerza sobre la ventosa hacia arriba.
  • Lámparas para detectar las abolladuras e ir trabajando para eliminarlas.
  • Otros: maletines, carros, sillas, bancos, productos para la limpieza y secado de la superficie para un buen agarre del pegamento, etc.

En este tipo de reparaciones es importante controlar la fuerza que se ejerce con el martillo de inercia sobre las ventosas, siendo relativamente frecuente que la chapa acabe levantándose en exceso formando un pico. En estos casos, al igual que con las varillas, se empleará el martillo y puntero para bajar la chapa. Con los tiradores de ventosas o herramientas de tracción se suele tener una mayor precisión, ya que permiten ejercer la tracción más progresivamente sobre la zona, evitando o reduciendo el riesgo de pasarse y levantar la chapa.

Además del adhesivo termofusible, esta técnica también puede emplearse con un adhesivo frío para eliminar abolladuras, especialmente para las de mayor tamaño. En este caso, el adhesivo se aplica directamente sin calentar o ligeramente según la temperatura ambiente, lo que permite trabajar más rápido al no ser preciso el tiempo para calentar y enfriar el adhesivo. Las ventosas que se utilizan con este adhesivo frío suelen ser metálicas y de base plana.

Reparación mediante inducción

Mediante esta técnica el panel recupera su rigidez por medio de la aplicación controlada y localizada de temperatura y su posterior enfriamiento. Se basa en un calentamiento por inducción de la chapa y la aplicación de una fuerza magnética que facilita la tracción hacia el exterior de la chapa deformada.

La utilización de estos equipos requiere de buen un control del tiempo de actuación y la intensidad o potencia aplicada, para que la chapa alcance la temperatura justa. Un calentamiento en exceso de la chapa podrá dañar la pintura y; por contra, si no se alcanza la temperatura adecuada, la chapa no recuperará su forma.