Innovación y tecnología

23 de mayo de 2019

Hablar de innovación y tecnología dentro de la cadena de valor del seguro del automóvil es hablar de lo cotidiano. Continuamente surgen nuevos modelos de negocio, nuevos productos, nuevas herramientas y nuevas metodologías de trabajo. Se hace necesario ofrecer soluciones eficientes capaces de cubrir las demandas de un mercado cada día más competitivo. Nace esta sección en la Revista Técnica de Centro Zaragoza, dedicada a innovación y tecnología, con vocación de dar a conocer las tendencias de la industria del automóvil ligada al seguro y anticiparse a lo que está por venir.

Anticipándonos al futuro

Blockchain, computación cuántica, internet de las cosas o inteligencia artificial. Conceptos que pueden resultar de difícil comprensión, pero que producirán un cambio en nuestras vidas y modificarán nuestra forma de actuar, de pensar y de conducir. ¿Seguiremos conduciendo? Puede que no. ¿Y seguiremos pensando? Quién sabe, pero a buen seguro, seguiremos actuando. Cuando Marty McFly viajó a octubre de 2015 en la segunda entrega de la trilogía “Regreso al Futuro” descubrió un mundo de coches y patines voladores. El director de la saga, Robert Zemeckis, imaginó vehículos que efectivamente existen, pero todavía no se dan las condiciones para que sean ampliamente adoptados por el gran público. Entonces, ¿cuándo? La pregunta es fácil, la respuesta no tanto. No nos preocupemos, tener una contestación es cuestión de tiempo.

La tecnología que viene (o que ya está aquí)

Haremos referencia en este primer artículo a diferentes tecnologías emergentes, las cuales prometen aportar novedosas soluciones en el corto y medio plazo, convirtiéndose en oportunidad para todos los actores que apuestan por la innovación.

El futuro empieza hoy

Si hablamos de tecnología resulta obligatorio hablar de vehículos autónomos. La tecnología ya está disponible, pero es necesario testar los productos, afinar su comportamiento, definir responsabilidades en caso de fallo y regular su utilización. La ley de Amara dice que nuestra tendencia es sobrestimar los efectos de una tecnología en el corto plazo y subestimar el efecto en el largo plazo. Por ello, las tecnologías prometedoras normalmente provocan una sobreexpetación que hace que pensemos que dicha tecnología va a ser la que se imponga en un futuro más bien próximo. Algunos estudios sobre predicciones de implementación del vehículo autónomo prevén que hasta bien entrados en la década de 2050 la mitad de la flota de vehículos seguirá sin ser autónoma.

Otra tendencia en los próximos años será la utilización de la analítica aumentada con información obtenida a través del IoT (Internet de las cosas). La cantidad de información que proporcionarán los vehículos conectados, o las aplicaciones embebidas en los vehículos, provocarán que se haga necesario utilizar algoritmos que permitan explorar relaciones que de otro modo pudieran quedar en el olvido. Con esta tecnología, la evaluación del riesgo será más precisa y se podrá actuar para tratar de reducir los accidentes.

La inteligencia artificial permitirá el desarrollo de aplicaciones que provoquen desde una mejor gestión del tráfico hasta una mayor agilidad en los procesos de trabajo. La evolución de los chatbots son un ejemplo de desarrollo de inteligencia artificial. Se trata de programas capaces de ofrecer una conversación personalizada con el cliente reduciendo los tiempos de espera que provocan los árboles de decisión en llamadas telefónicas, lo que añade valor a todo el proceso de gestión.

La inteligencia artificial permitirá el desarrollo de aplicaciones que facilitarán nuestras vidas

No podemos dejar de hablar de blockchain. Se trata de tecnología que registra de forma descentralizada todas las operaciones que se realizan y que se está abriendo camino en la búsqueda de soluciones para agilizar infinidad de procesos. Permitirá programar contratos que se ejecutarán por sí mismos cuando se den las condiciones que previamente se hayan fijado y ofrecerá una mayor personalización, seguridad, transparencia e inmutabilidad. En los procesos que afectan al seguro tendrá gran influencia en la correcta tarificación de pólizas, en la gestión de siniestros o en el alta de clientes.

Otra de las tecnologías que modificarán la industria será la impresión 4D. No nos ha dado tiempo a acostumbrarnos a la impresión 3D cuando ya empezamos a hablar de impresión con materiales que generan productos que se adaptan al entorno, pudiendo, por ejemplo, repararse por sí mismos o variar su posición en función de la temperatura.

Y sí: vehículos voladores autónomos. Los drones autónomos capaces de transportar mercancías darán paso a vehículos autónomos voladores capaces de transportar pasajeros. Sin lugar a duda puede tratarse de una buena solución para los atascos, aunque en este caso tendrá que revisarse, y de qué modo, la regulación aérea para establecer las condiciones que permitan operar a este tipo de dispositivos, para los que por el momento no estamos preparados.

Los vehículos autónomos voladores son una de las apuestas de futuro de diferentes empresas relacionadas con la movilidad.

Algunas barreras

Ya hemos comentado algunos de los aspectos que pueden ralentizar la elevada velocidad de los avances tecnológicos. Haremos hincapié en tres en este artículo. No son los únicos. El primero, y tal vez el más preocupante, es la vulnerabilidad de los vehículos conectados. Los constructores de vehículos y los generadores de soluciones para la movilidad deben proteger al usuario ante eventuales ataques y evitar peligros, como el robo de datos personales o que un tercero pueda tomar el control de nuestro vehículo.

Otro aspecto que considerar será la existencia de accidentes en los que estas tecnologías puedan haber influido o no haber actuado para evitar el siniestro. Como sociedad, comprendemos e incluso toleramos los errores humanos, pero no entendemos cómo pueden existir errores en la tecnología que originen accidentes. Cualquier siniestro en el que estos sistemas hayan tenido participación provocará un retraso en la adopción de este tipo de tecnologías.

Los vehículos conectados deben estar preparados antes eventuales ataques informáticos.

Por último, tradicionalmente, los avances tecnológicos han ido a mayor velocidad que los ajustes legislativos que requerían. El derecho a la privacidad de cada persona puede suponer un freno a nuevos negocios tecnológicos, que requieran de un marco legal estable para permitir el intercambio de información entre el vehículo y terceros de forma segura y, probablemente, anónima. Nuevamente, debemos referirnos a la tecnología blockchain, que puede acabar por aportar soluciones en este sentido.

Conclusión

Vivimos una explosión tecnológica que modificará nuestra forma de desplazarnos. Nos dirigimos hacia modelos que facilitarán nuestros movimientos y los harán más seguros. La tecnología llega y debemos poner el foco en facilitar su penetración para conseguir una movilidad en la que reforcemos la pata de la seguridad.