Vehículos conectados
Los accidentes que se podrán evitar
En un momento en el que la tecnología ha permeado todos los aspectos de nuestra vida diaria, el sector del automóvil no podía ser una excepción. La llegada de los vehículos conectados está comenzando a revolucionar la manera en que experimentaremos la conducción. La conectividad no sólo nos ofrecerá comodidades adicionales, sino que también podrá redefinir los límites de la seguridad vial. La comunicación V2X (Vehicle To Everything), los sistemas ADAS y la capacidad de predicción de sucesos, gracias a la recopilación masiva de datos, trabajan en conjunto y ofrecen un potencial sin precedentes para evitar accidentes y crear un entorno de conducción más seguro.
Una de las características más destacadas de los vehículos conectados es su capacidad para comunicarse entre sí, o con las infraestructuras, a través de las tecnologías V2V (Vehicle To Vehicle) o V2I (Vehicle To Infrastructure), entre otras. Este intercambio de información en tiempo real permite a los automóviles advertirse mutuamente sobre situaciones de tráfico, condiciones meteorológicas adversas y otros eventos imprevistos. De esta forma, se comienzan a poner los cimientos para la construcción de una red de seguridad colaborativa, donde la cooperación entre los vehículos y la infraestructura vial se conviertan en pilares fundamentales para la prevención de accidentes.
Los vehículos conectados están iniciando una revolución en la seguridad vial, transformando la conducción en una experiencia más segura y colaborativa.
Big Data en el vehículo:
La recopilación masiva de datos por parte de los vehículos conectados permite a los fabricantes y a las autoridades de tráfico identificar patrones y tendencias. Esto, a su vez, facilita la implementación de medidas preventivas basadas en datos concretos. Desde la identificación de puntos de congestión de tráfico hasta la anticipación a situaciones de riesgo – cada vehículo conectado puede informar de lo que “ve” a otros vehículos que se aproximan, de forma que éstos pueden iniciar acciones preventivas antes incluso de tener “visión directa” del peligro-, la capacidad predictiva de los vehículos conectados contribuye significativamente a la reducción de accidentes.
Este fenómeno ha dado forma al desarrollo de la tecnología Vehicle-to-Everything (V2X), que comprende las comunicaciones entre vehículos (V2V), entre vehículos e infraestructuras (V2I), y otras interacciones como Vehicle-to-Pedestrian (V2P) y Vehicle-to-Grid (V2G).
A medida que la industria automotriz evoluciona hacia un ecosistema más inteligente y conectado las implicaciones de la conectividad V2X se extienden más allá de la seguridad vial, abarcando la gestión eficiente del tráfico, la mejora de la experiencia del usuario y la preparación para la próxima generación de servicios de movilidad.
Casos de uso:
Si se consiguen reunir en un mismo coche sistemas punteros de conectividad V2X y ADAS -Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción-, la seguridad del conductor y del resto de usuarios de la vía se incrementa notablemente. El uso de estas nuevas tecnologías puede ayudar a minimizar, en un porcentaje muy elevado, el riesgo de accidente en múltiples situaciones cotidianas de la conducción, como puede ser la aparición de otros vehículos o de usuarios vulnerables cuya visión quedaba obstaculizada por vehículos estacionados, edificios u otros elementos de la infraestructura; la entrada en zonas con condiciones climatológicas adversas; obstáculos sobre la calzada; o un vehículo accidentado detenido sobre la calzada.
La capacidad de reacción automática de estos sistemas puede marcar la diferencia entre evitar o no un accidente con consecuencias fatales.
Uno de los casos de uso más frecuentes con el que nos topamos día a día es la falta de visibilidad en numerosos rincones de la ciudad. Gracias a la tecnología V2V los vehículos pueden comunicar tanto su posición como la trayectoria que van a seguir en los próximos instantes, alertando así a vehículos cercanos que pudieran interferir en su camino.
Otra de las situaciones conflictivas más típicas es encontrarnos con un vehículo accidentado en la carretera. Esta situación puede ser especialmente peligrosa en situaciones de baja visibilidad, como por ejemplo de noche, en una carretera sin iluminación artificial, y con cierta densidad de tráfico, que nos obstruye la visión del vehículo detenido. De nuevo, tanto los vehículos cercanos como las infraestructuras informarán del peligro existente en la vía al resto de vehículos que dispongan de conectividad. Dicha información se transmite desde los sistemas back-office de los operadores de carreteras en el TCC (Traffic
Control Centre) a un sistema C-ITS, advirtiendo de este modo a los usuarios que circulen por zonas colindantes y alrededores, para sugerirles que disminuyan su velocidad y extremen las precauciones al volante.
Por otro lado, en casos de condiciones climáticas adversas, el servicio I2V de alerta sobre las condiciones meteorológicas WCW (Weather Climate Warning), proporciona a los conductores, a través de los sistemas de información a bordo de los vehículos, tanto la información en tiempo real como la información prevista sobre el estado de la carretera debido a las condiciones meteorológicas.
Protocolos para evaluar la seguridad del vehículo:
En su afán por innovar y por estar a la vanguardia en cuanto a la prevención de accidentes o, en su defecto, la minimización de los daños materiales y personales, instituciones como EURO NCAP llevan a cabo rigurosos procedimientos para evaluar la seguridad de los distintos vehículos existentes en el parque automovilístico.
Dichos procedimientos se endurecen notablemente con el paso del tiempo, conforme se van desarrollando nuevas tecnologías como las descritas a lo largo de este artículo. Tanto es así que en la planificación de EURO NCAP se está desarrollando un programa – “Vision 2030: a Safer Future for Mobility” – donde ya se contempla la implantación de nuevas ideas para actualizar los procedimientos llevados a cabo en los distintos tests y ensayos.
Se buscará garantizar una conectividad altamente fiable y de calidad, sin latencias ni pérdidas de conexión repentinas, que ayuden a salvaguardar la seguridad de todos los usuarios de la vía. Para ello, se evaluarán las prestaciones técnicas de los sistemas de comunicaciones que se incorporarán en los nuevos modelos que saldrán al mercado.
De nada sirve crear una infraestructura global adaptada con los mejores sensores y sistemas que alerten a los usuarios de la vía, si luego éstos no poseen unos buenos sistemas receptores que capten estas señales, o unos buenos sistemas transmisores que se comuniquen eficientemente con el resto de vehículos e infraestructuras.
Los avances tecnológicos en el sector del automóvil están allanando el camino hacia un futuro donde la visión de cero accidentes viales es una realidad alcanzable.
Para conseguir el máximo de puntuación (5 estrellas), a diferencia de lo que sucede en la actualidad, no bastará únicamente con estar equipado con sistemas de frenado autónomo de emergencia (AEB) o asistentes de mantenimiento de carril (LKA) de última generación, entre otros. El vehículo deberá estar actualizado también con las tecnologías V2X más punteras y los mejores equipos de comunicación que permitan transmitir y recibir un flujo de datos de manera eficiente.
La información en tiempo real sobre el estado del tráfico, condiciones meteorológicas y eventos en la carretera capacita a conductores y sistemas de asistencia para tomar las mejores decisiones posibles. Esta adaptabilidad resulta en una disminución notable de los accidentes relacionados con condiciones adversas de conducción, demostrando así el impacto positivo de la conectividad vehicular en la seguridad vial.