Elementos del vehículo que conviene revisar con la llegada del verano

4 de julio de 2022

Ser previsor con el mantenimiento del coche, sobre todo si estás preparando ya tus vacaciones de verano, te ayudará a esquivar las averías típicas que suelen aparecer en esta época debido a las altas temperaturas.

Los meses de julio y agosto son, en nuestro país, los preferidos para viajar durante las ansiadas vacaciones de verano. Además, pese al incremento en la demanda que han experimentado otros medios de transporte como el avión o el tren en los últimos años, el coche propio sigue siendo el modo preferido de los españoles para viajar en esta época.

Pero ¿Sabíais que las elevadas temperaturas y la continuada exposición a las mismas son factores que inciden directamente sobre el estado de determinados componentes del vehículo? El calor puede convertirse en el peor enemigo de ciertos elementos de tu coche que, si no están en buen estado de mantenimiento, podrían terminar averiándose, provocando contratiempos en tus vacaciones y haciendo que tengas que gastar tu dinero en reparaciones que hubieses podido evitar.

Expertos en lo que al final de la vida útil de un vehículo se refiere, desde www.rodesrecambios.es nos cuentan qué piezas de nuestro coche son las que más sufren con el calor y a qué elementos deberemos prestar atención con la llegada del verano.

El motor

Es el “corazón” del vehículo y, aunque está formado por elementos robustos que deberían tener una durabilidad igual a la del automóvil, el desgaste prematuro de ciertos componentes y el exceso de calor son realmente perjudiciales.

También hay que tener en cuenta que, cuando la temperatura ambiente es más elevada, disminuye el volumen de oxígeno que contiene el aire y la combustión es menos eficaz, por lo que el rendimiento es peor.

Los sobrecalentamientos son el principal problema que sufre este elemento durante el verano, por lo que para evitar tener que cambiar el motor por uno de desguace o cambiar de vehículo, es imprescindible hacer una revisión exhaustiva del sistema de refrigeración, prestando especial atención en el radiador, el termostato, el circuito por el que atraviesa el refrigerante y los niveles de este líquido.

El turbocompresor

Independientemente de si vuestro coche es diésel o gasolina, es muy probable que lleve instalado un turbo. Este componente, es el encargado de introducir a presión en los cilindros el aire del exterior, mejorando el rendimiento del motor.

Sin embargo, el calor excesivo no ayuda en absoluto al turbocompresor y hace que tenga una mayor dificultad para refrigerarse, lo que podría provocar averías bastante costosas de reparar.

Para evitarlo, es muy importante cumplir con los tiempos marcados por el fabricante para realizar los cambios de aceites y filtros, además de dejar un par de minutos el coche a ralentí antes de apagarlo tras un viaje largo. Esta simple acción, permitirá que el aceite que quede en el propio mecanismo refrigere el turbo, evitando los fallos comentados anteriormente.

Los neumáticos

Seguro que no es la primera vez que escuchas que los neumáticos son el único punto de contacto entre el vehículo y la carretera, y es que a pesar de ello todavía son demasiados los conductores que no revisan su estado regularmente, poniendo en peligro su seguridad y la de los que le rodean.

Las altas temperaturas que alcanzan tanto los neumáticos como el asfalto pueden provocar un reventón si los neumáticos no se encuentran en buen estado, por lo que es realmente importante comprobar que se circula con una presión adecuada y que no existe desgaste irregular en las bandas de rodadura. También debéis fijaros en la posible existencia de grietas o deformaciones, pues con el calor suele aumentar la aparición de estas.

Los frenos

El calor veraniego tampoco es el mejor amigo del sistema de frenado, dado que las pastillas o zapatas de freno (elemento clave del sistema) actúan por fricción y, naturalmente, ya están expuestas al efecto calorífico. Este calor, se incrementa durante el tercer trimestre del año, por lo que es conveniente revisar todo el sistema antes de salir de viaje para detectar posibles desperfectos en pinzas, pastillas o discos que se hayan deteriorado prematuramente.

Hoy en día, son muchos los automóviles que cuentan con sensores capaces de detectar el desgaste de las pastillas de freno o la falta de líquido en el sistema, lo que es de gran ayuda para quienes no tienen conocimientos mecánicos. También, como conductores, debemos ser conscientes y capaces de advertir fallos que puedan estar localizados en el sistema de frenos y que se produzcan mientras estamos circulando.

Este, es el sistema de seguridad más importante del vehículo, por lo que no debe escatimarse en visitas al taller siempre que sea necesario realizar una revisión del mismo.

Componentes electrónicos

Al igual que el resto de piezas electrónicas que nos rodean, aquellas que forman parte del vehículo también sufren si trabajan en un rango de temperatura superior al habitual. Cuando se pasa de los 50 o 60ºC y no hay la ventilación adecuada, los componentes electrónicos del coche pueden calentarse en exceso y terminar averiándose.

Dependiendo del vehículo y de la pieza de la que se trate, el coste de reparación de una avería electrónica puede superar los 1.000 euros. Por ello, es recomendable que evitemos circular con el coche si detectamos que algún dispositivo electrónico se ha calentado en exceso.

La batería

Sí, el frío no es buen compañero de las baterías, pero el calor tampoco. Y es que el rendimiento de las baterías instaladas en los vehículos se ve afectado también por el calor, ya que la exposición continuada reduce la vida útil de estas hasta la mitad.

El sistema de aire acondicionado

Seguro que es el primer componente que os ha venido a la cabeza cuando habéis leído la palabra verano, pues son muchos los conductores que solo se acuerdan del aire acondicionado cuando nos metemos de lleno en la estación más calurosa del año.

El sistema de climatización, pensado para combatir el frío o el calor manteniendo el habitáculo a una temperatura confortable, está sometido a brutales cambios de temperatura que pueden llegar a producir pequeñas fugas de gas dentro del circuito. Esto, provocaría que el funcionamiento del conjunto no fuese adecuado, haciendo ineficiente su cometido.

Recordad también sustituir anualmente el filtro del habitáculo para evitar malos olores y sacarle el mayor rendimiento con el mínimo consumo.

La carrocería

La carrocería es otro elemento que se ve afectado por el calor extremo. La ausencia de lluvias y la exposición prolongada a los rayos del sol propician un deterioro prematuro, siendo agentes realmente perjudiciales para la estética del vehículo.

Para evitar que el calor desgaste antes de tiempo la carrocería de nuestro coche, tendremos que protegerla del sol en la medida de lo posible, aumentar la frecuencia de los lavados -sobre todo si se frecuentan lugares de costa- y reparar lo antes posible cualquier golpe o imperfección producida para evitar que aparezca corrosión.

Otros elementos

Finalmente, y para no dejarnos nada en el tintero, creemos conveniente mencionar otros elementos del vehículo que también pueden fallar o deteriorarse debido a las altas temperaturas como: el radiador, el termostato, el condensador, Intercooler, las escobillas del limpiaparabrisas o la válvula EGR.