Al volante, no pierda detalle

13 de julio de 2021

En adelantamientos, glorietas, cruces…

La conducción segura se realiza observando. Una vista bien ‘educada’ es uno de los mejores recursos para esquivar complicaciones, especialmente en situaciones difíciles. Le explicamos cómo actuar. (Autor: Revista Tráfico y Seguridad Vial)

Dominar  la  observación  es  la  clave  número uno de la conducción preventiva. De hecho, el 80% de la información necesaria para conducir llega a través de la vista: un conductor observador siempre tendrá ventaja a la hora de anticiparse a imprevistos y prevenir conflictos.

Atención

Observar correctamente requiere dejar de lado cualquier distracción (la más frecuente de todas, el teléfono móvil) que impida concentrarse en la conducción.

Durante la marcha, mantener la vista a una cierta distancia anticipa una información muy valiosa para adaptar la conducción. Por ejemplo, si prevemos una retención, un semáforo en rojo o un peatón que se acerca a un paso de peatones para cruzar, podremos dejar de acelerar con tiempo para hacer una deten- ción pausada, sin riesgo de alcances. Y más en estas fechas, con condiciones de mala visibilidad y firmes mojados.

Recuerde, además, que la observación debe complementarse con una distancia de seguridad adecuada entre vehículos.

Dominar un campo de visión amplio aporta más información y facilita adaptar la conducción en cada momento. En ciudad, el entorno cambia más rápido y debemos observar con mayor frecuencia a lo ancho. Y en carretera, con distancias y velocidades mayores, la vista debe llegar los más lejos posible.

Retrovisores

El uso de los espejos retrovisores es básico para saber qué ocurre a nuestro alrededor. Las miradas a los espejos deben ser ‘consultas’ breves pero frecuentes, algo más en vías muy transitadas, para controlar si viene alguien por detrás.

Y cuidado con los ángulos muertos, esos espacios fuera de los espejos donde puede haber algún vehículo aunque no podamos verlo. Puede disminuir esos ángulos muertos girando ligeramente la cabeza. Y también con la ayuda de asistentes electrónicos si su vehículo los tiene (ver recuadro).

ADAS para ver lo invisible

Las cámaras y los radares son componentes vitales que utilizan muchos asistentes a la conducción, con múltiples funciones para que el conductor reciba información sobre qué ocurre fuera del vehículo, incluso aunque no pueda verlo directamente.

  • Cámaras delantera. Instaladas en el parabrisas y en la rejilla delantera, aportan información a multitud de sistemas: detectan objetos y determinan su distancia, también la presencia de peatones y ciclistas, reconocen espacios vacíos y reconocen señales de tráfico.
  • Cámaras traseras. Dan al conductor una visión del espacio detrás del vehículo en maniobras con marcha atrás, principalmente estacionamientos.
  • Detectores de ángulo muerto. Cámaras o sensores de ultrasonidos en los laterales del vehículo detectan la presencia de otros vehículos y alertan al conductor para evitar posibles colisiones en giros, cambios de carril e incorporaciones.

Mirar (más) en momentos críticos

Observar al volante es siempre necesario y especialmente importante en ciertos momentos. Estas son las situaciones donde la observación marca la diferencia.

1 Adelantamientos

Antes de moverse al carril de la izquierda, el conductor debe estar seguro de que ningún vehículo va a ocupar el espacio que necesita para la maniobra, ni detrás ni delante. Observe hacia delante (vital en vías de doble sentido), y hacia atrás por los retrovisores interior e izquierdo. Vuelva a la derecha cuando vea al vehículo adelantado por los espejos derecho e interior, para mantener la separación adecuada.

Ilustraciones: DLIRIOS

2 Incorporaciones

Los retrovisores son esenciales en los desplazamientos laterales. Tanto si realiza un cambio de carril como una incorporación a otra vía, es necesario asegurarse de que nadie ocupa ese espacio. Los ángulos muertos pueden complicar estas maniobras si no los tenemos en cuenta. Vigílelos girando ligeramente la cabeza.

3 Glorietas

Circulando por el carril exterior de una plaza circular, vigile por el retrovisor izquierdo si algún vehículo se aproxima por ese lado: si un conductor intenta cruzarse desde el interior antirreglamentariamente podrá anticiparse a una colisión. Y en el momento de tomar la salida, es recomendable un vistazo al retrovisor derecho para asegurarse de que una moto o una bici no se ´cuelan´ por ahí, también antirreglamentariamente.

4 Intersecciones complicadas

Ciertas intersecciones, tanto en ciudad como en carretera, pueden ser puntos conflictivos. Señalizadas son Stop o semáforos, obligan a detenerse y observar si hay otro vehículo al que debamos ceder el paso. En caso de giro, debemos observar además que nadie viene de frente. Y que no hay peatones u otros usuarios cruzando la vía a la que vamos a acceder.

5 Pasos de peatones

En la aproximación a un paso para peatones, haga un barrido visual de lado a lado varias veces. En el caso de que un obstáculo camión de doble fila o un autobús en su parada, por ejemplo le impida ver bien, aminore la marcha y pase a una velocidad lo suficientemente reducida para evitar un atropello.

6 Salir del coche

Ya sea conductor o pasajero, recuerde: e el momento de salir del vehículo en una calle, antes de abrir una puerta del lado de la calzada, gírese hacia atrás para comprobar que no se aproximan vehículos, ciclistas o peatones.

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