Pulido y abrillantado para un acabado perfecto
Guía de productos y herramientas
El pulido y abrillantado de un vehículo o pieza tienen como objetivo proporcionar un acabado de alto brillo. Estos procesos se requieren para la restauración de un acabado en mal estado, tras el lijado en un proceso de eliminación de defectos o para proporcionar una mayor protección y duración del acabado. En este artículo se describen principales elementos para realizar estos procesos: pulidoras, boinas y pulimentos.
El proceso de pulido y abrillantado del revestimiento de pintura de un vehículo es una de las operaciones que se realizan en los talleres de carrocería y pintura o en talleres especializados de detallado de coches (detailing). Se trata de un proceso que forma parte de distintas operaciones o tipos de trabajo:
- Restauración del acabado: Para recuperar el brillo y luminosidad de un acabado en mal estado que presenta manchas, bajadas de brillo, arañazos o swirls (microarañazos en forma de remolinos).
- Eliminación de defectos: Para eliminar imperfecciones como motas de suciedad, descolgados o piel de naranja y recuperar el brillo.
- Protección y brillo de la carrocería: Para lograr un brillo más profundo, efecto mojado, sellar y proteger el acabado del vehículo.
Para lograr un proceso de pulido y abrillantado eficiente, que logre un acabado profesional de alto brillo, el taller debe contar con un equipamiento completo compuesto por productos, equipos y herramientas de calidad, existiendo en el mercado una gran variedad de ellos entre los que elegir.
La combinación de pulidora, boina y pulimento empleado debe adaptarse a los diferentes tipos de sustrato y de trabajo a realizar. No es lo mismo pulir un barniz fresco que uno ya curado, o que un barniz cerámico, o un color plata que uno negro, y tampoco se realiza el mismo proceso dependiendo del daño que sea preciso eliminar y el acabado que se quiera proporcionar.
PULIDORAS
Las pulidoras son las herramientas fundamentales para realizar este tipo de trabajos de forma eficiente. En función del movimiento del plato, podemos encontrar diferentes tipos:
- Pulidoras Rotativas: Cuentan con un movimiento del plato giratorio simple, es decir, gira sobre su propio eje. Su velocidad se expresa en revoluciones o rotaciones por minuto (rpm). Como ventaja, tienen una gran potencia y poder de corte, eliminando defectos con rapidez, lo que las hacen ideales para trabajos pesados. Como inconveniente, producen una mayor fricción en la superficie que calienta la pintura, existiendo mayor riesgo de generar hologramas, quemados o pelados en la pintura en cantos o pliegues. Por este motivo, estas pulidoras exigen una mayor experiencia y habilidad en su manejo.
- Pulidoras rotorbitales: También denominadas orbital aleatoria (Random Orbital) o de doble acción (DA: Dual Action). Cuentan con un movimiento orbital que a su vez genera otro rotatorio, el plato gira y oscila al mismo tiempo, describiendo órbitas elípticas. Se trata de un giro elíptico libre o aleatorio. Su velocidad se suele expresar en oscilaciones u órbitas por minuto (opm). Estas pulidoras están recomendadas para cualquier nivel de experiencia, incluso para principiantes, ya que son más fáciles de manejar, con menos vibraciones y generan menos calor que las rotativas, lo que reduce el riesgo de hologramas o quemados, permitiendo un pulido más seguro, con mayor precisión y control del proceso. Sin embargo, su capacidad para eliminar arañazos más profundos es menor que el de las rotativas.
- Pulidoras de accionamiento directo (Direct Drive): También conocidas como de accionamiento por engranaje (Gear Driven) o de rotación forzada. Cuentan con un movimiento orbital y a su vez otro rotatorio, pero en esta ocasión forzado por un engranaje. Describen un movimiento elíptico forzado. Esta combinación provoca un poder de corte ligeramente inferior al de las rotativas, pero superior al de las rotorbitales, con la ventaja de que su movimiento no va a dejar hologramas o quemados, aunque genera un nivel de vibraciones generalmente mayor al de las rotorbitales. Estas pulidoras están recomendadas para cualquier nivel de habilidad.
Las dos primeras son las más comunes, pudiendo emplear las rotativas para los trabajos más pesados, con mayor necesidad de corte y pinturas duras, y las rotorbitales para trabajos menos agresivos o para eliminar los hologramas o marcas que hayan podido dejar las rotativas. Si bien ambas pueden ser utilizadas para todos los procesos, con la boina y compuesto de pulir adecuado.
Además del tipo de movimiento del plato, otras características a tener en cuenta en la elección de la pulidora son: la velocidad de movimiento (rpm/opm), siendo importante que cuenten con regulador de velocidad para un mayor control del proceso y poder adaptarse a los diferentes trabajos y pinturas; su potencia (vatios o amperios), con mayor necesidad en trabajos pesados; el tamaño del plato según la superficie a trabajar, los pequeños para pulido de faros o eliminación de defectos puntuales y los mayores para pulido de grandes superficies; el diámetro de órbita; ergonomía, teniendo en cuenta el peso, manejabilidad y vibraciones; funcionamiento con batería para no depender de la conexión eléctrica, o longitud del cable de alimentación.


BOINAS
Para aplicar el pulimento en la superficie se emplea una boina, también denominada almohadilla o pad, que se fija en el plato de la pulidora, siendo su tamaño el mismo o ligeramente mayor al del plato. Existen
de diferentes tamaños (75, 125, 150 y 200 mm son los más habituales), materiales, durezas, formas y espesores para cubrir las distintas necesidades, según se requiera un mayor o menor corte o agresividad y según con qué tipo de pulidora y pulimento se emplee. Los principales materiales empleados en las boinas y sus características son:
- Lana: Fabricadas con lana natural (piel de cordero), con fibras sintéticas o una combinación de ellas, son las indicadas para los trabajos más agresivos: eliminar arañazos profundos, piel de naranja o swirls y trabajos sobre lacas duras. En cuanto a su diseño, pueden estar fabricadas con fibra trenzada, más larga, corta o combinada, de mayor o menor densidad, con base de espuma, con lana de merino de alta calidad, etc. No suelen ser adecuadas para el último paso, el acabado, precisando el uso posterior de boinas de espuma o microfibra con compuestos de pulido más suaves.
- Espuma: Con forma lisa u ondulada (reduce el contacto con la superficie y, por tanto, la fricción), están disponibles en diferentes niveles de dureza, formas, espesor y porosidad. Normalmente se clasifican en 3 niveles de dureza: espumas duras, para un trabajo más agresivo y rápido, medias para un corte intermedio y blandas para el acabado, con bajo poder de corte y para un acabado de alto brillo.
- Microfibra: Al igual que la boina de lana, sus fibras absorben bien el compuesto de pulir, lo que las hace también idóneas para el proceso de corte; si bien las boinas de microfibras también pueden ser suaves, pudiéndose emplear para lograr un alto brillo. La microfibra va adherida a espumas que pueden presentar distinto grado de dureza para los diferentes procesos.
Según su diseño, las boinas pueden ser usadas por una sola cara o por ambas, ser aptas para un tipo de pulidora o varias, o incluso ser específicas para pulir cristales. Además, también hay disponibles esponjas y microfibras para realizar un pulido manual, para llegar a zonas de difícil acceso con la pulidora como, por ejemplo, debajo de las manetas de puerta. Para unos buenos resultados, además de emplear las boinas según sus características, es importante llevar a cabo un buen mantenimiento y limpieza de estas para evitar su deterioro prematuro o dañar la pintura con restos secos de pulimento.
PULIMENTOS
Los pulimentos son productos que contienen abrasivos muy finos cuya función es eliminar los daños superficiales del revestimiento de pintura y proporcionar un acabado de alto brillo. Los pulimentos se suelen caracterizar por dos escalas, según el nivel de corte y según el de brillo que proporcionan. En general, podemos encontrar los siguientes tipos de pulimentos:
- Pulimento de corte rápido o abrasivo: recomendado para la primera etapa de pulido, elimina daños más severos de forma rápida y eficiente. Es el más agresivo, con el mayor poder de corte. Algunos incluso son capaces de eliminar las huellas de granos de lija P-1500 en lugar de tener que lijar hasta P-3000 antes de pulir.
- Pulimento de corte medio: Nivel intermedio de corte y de brillo. Es adecuado para un proceso progresivo, tras emplear el de corte rápido, o para emplear directamente cuando no se precisa este primer paso. Hoy en día se emplean menos porque hay sistemas que directamente pasan del pulimento de corte al de acabado.
- Pulimento de acabado, extrafino o abrillantador: proporcionan el mayor nivel de brillo, pero no tienen o apenas capacidad abrasiva. Es la última etapa del proceso de pulido.
- Pulimentos 3 en 1: también llamados “all in one”, formulados para pulir, abrillantar y proteger la pintura en un único paso. Como ventaja, se simplifica el proceso y la cantidad de productos empleados y como inconveniente, su poder de corte es limitado y pueden tener cierto efecto de relleno de las imperfecciones si contienen ceras.
Además de estos, también hay disponibles otros pulimentos específicos para pulir cristales, plásticos y
ópticas de faros o para los acabados cromados.
Es importante emplear pulimentos de calidad exentos de siliconas para evitar problemas por contaminación en los procesos de pintado, ya que puede generar defectos de adherencia o la presencia de cráteres en la superficie de la pintura.

