Movilidad Sostenible y Carsharing

24 de junio de 2021

Cada vez hay más empresas que apuestan por el vehículo compartido o carsharing como una opción de movilidad compartida de vehículos para hacer más eficientes los desplazamientos de los trabajadores a sus puestos de trabajo. El transporte es el principal responsable de las emisiones de CO2 en España, por este motivo CENTRO ZARAGOZA apuesta por la movilidad sostenible, consciente de la importancia de apostar por flotas de vehículos más limpias y menos contaminantes.

Es evidente que la movilidad basada en la promoción de vehículos privados impulsados por combustibles fósiles incrementa la contaminación atmosférica/acústica en nuestras ciudades, además supone un problema de ocupación del espacio público, tanto al circular como a la hora de estacionar, con el consiguiente problema de congestión del tráfico, en las horas punta, lo que contribuye a agravar los efectos del calentamiento global, eufemísticamente denominado “cambio climático”. Por lo tanto, es conveniente disponer de modelos de movilidad más respetuosos con el medio ambiente y más eficientes. En este artículo se va a explicar en qué consiste la movilidad sostenible y, en particular, se va a analizar el carsharing como una tipología de movilidad compartida que contribuye a la movilidad sostenible.

La movilidad sostenible fomenta y promueve el uso de medios de transporte eficientes, responsables, ecológicos y sostenibles, que protegen el medio ambiente. Este tipo de movilidad no engloba solamente caminar, ir en bicicleta o usar el transporte público, sino que también se refiere a las diferentes formas de movilidad en vehículos privados que respetan el entorno y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.

Algunos objetivos de la movilidad sostenible son:

  • Reducir el impacto que tienen los medios de transporte contaminantes que afectan a la salud de las personas.
  • Fomentar el uso de medios de transporte ecológicos, como son la bicicleta o los vehículos eléctricos.
  • Promover un estilo de vida sostenible que, a la vez, es saludable, mejorando de este modo la salud física y el bienestar psicológico de las personas.
  • Reducir los problemas que ocasionan los combustibles fósiles y los gases de efecto invernadero, evitando el calentamiento global de nuestro planeta.
  • Fomentar el uso de las energías renovables, promoviendo de este modo la eficiencia energética.
  • Reducir el volumen de tráfico, logrando ciudades más limpias y descongestionadas.

El carsharing, por otro lado, es un servicio de vehículo compartido que ofrece a sus usuarios una flota de vehículos durante períodos de tiempo limitados, ya sean horas o minutos, aunque se permiten duraciones de hasta de un día completo. Existen dos modos para este tipo de práctica: el primero, denominado carsharing tradicional o de bases, sería el ofrecido por aquellas empresas que tienen una base fija de alquiler y de retorno de los vehículos y el segundo, denominado carsharing free float, que no cuenta con una base fija, sino que ofrece la posibilidad de desplazarse en coche sin tener que cogerlo en una base concreta ni tener que devolverlo al mismo lugar donde se ha cogido. Este modo viene principalmente a sustituir al taxi o al transporte público.

Este breve “alquiler”, para un trayecto, se debe reservar previamente mediante una app móvil, internet o una llamada telefónica, dependiendo de la empresa. Se paga por el uso que se realiza del mismo, ya sea por tiempo y/o por kilometraje realizado, facturándose a final de mes. El vehículo es utilizado por varias personas, reduciendo al máximo el tiempo que el vehículo está parado, consiguiendo de este modo una reducción del número de vehículos necesarios para satisfacer una movilidad sostenible, reduciendo también el volumen de tráfico y, por lo tanto, la contaminación producida por la circulación de los vehículos.

El sistema de carsharing se posiciona entre el alquiler de un vehículo; el coche privado; el taxi y el transporte público. El carsharing debe considerarse como un modo de transporte que permite completar la oferta pública, promoviendo la intermodalidad.

Fig.1. Elección de la modalidad de transporte en función de la distancia del trayecto y de la flexibilidad necesaria.
Fuente: Car Sharing and Mobility Management: Facing new challenges whit technology and innovate business planning. Conrad Wagner, Susan Sahhen. World Transport Policy and Practice, January 2016.

El carsharing, por lo tanto, está diseñado para adaptarse al sistema de transporte urbano, complementándolo y formando un eslabón más en la cadena intermodal. De este modo, esta tipología ofrece más opciones de transporte para el usuario y, por lo tanto, más motivos para no utilizar su vehículo privado, contribuyendo así a la movilidad sostenible, ya que mejora la calidad del aire. Los principales beneficios del carsharing son:

  • Mejora la oferta de transporte al usuario y le aporta flexibilidad.
  • Permite un uso más racional del vehículo, ya que se paga por unidad de tiempo de uso.
  • Facilita la decisión de no utilizar/no comprar coche o, incluso, vender el coche privado.
  • Mejora la calidad del aire y lucha contra el calentamiento global.
  • Posibilidad de roaming de movilidad, ya que los usuarios de sistemas implantados a nivel internacional pueden utilizar vehículos en otras ciudades (tanto en Europa como en Norteamérica).
  • El carsharing flexible permite la gestión de la demanda de aparcamiento.
  • El carsharing flexible puede competir con medios más sostenibles como la bicicleta o el transporte público.
Las aplicaciones te facilitan información como localización de vehículo o autonomía disponible de la batería. Además algunas aplicaciones te permiten hacer valoraciones como usuario. Fuente: Alma Mobility.

Actualmente, como consecuencia de los cambios tecnológicos, se está produciendo un cambio del concepto de propiedad que también ha llegado al campo de la automoción: podemos desplazarnos a diario en choche, siempre que lo necesitemos, sin la obligación de comprarnos un coche. Existen, además del carsharing, otras opciones que permiten la utilización de un vehículo sin necesidad de comprarlo, como son el renting; el leasing y el carpooling.

A continuación se describen estas otras opciones, alternativas a la adquisición de un vehículo en propiedad:

Renting: Consiste en alquilar un vehículo a largo plazo, que incluye todos los servicios que implica el uso del vehículo, como su aseguramiento y su mantenimiento. Generalmente esta tipología resulta interesante para empresas, pymes y autónomos, aunque también está indicada para particulares. El usuario, de este modo, dispone siempre de un vehículo nuevo, ya que puede cambiarlo tras un período de uso relativamente corto, por ejemplo, a los tres o cuatro años. Sin embargo, esta opción puede salir algo más cara que la adquisición de un vehículo si el mismo se mantiene en propiedad durante bastantes años.

Leasing: Se trata de un alquiler con derecho a compra. La compañía propietaria del mismo cede el uso del vehículo al cliente a cambio del pago de una cuota, por un período mínimo de dos años. Tras estos dos años el arrendatario tiene la opción de comprar el coche, pagando un cierto precio, que es el valor residual, o puede devolverlo. Se encuentra entre la propiedad privada y el renting. Está destinado a empresas y autónomos, ya que para particulares no suele resultar rentable porque los gastos de mantenimiento del vehículo se asumen por el usuario. Esta opción al igual que el renting, puede salir más cara que la adquisición del vehículo en propiedad.

Carpooling: Sustancialmente diferente a las anteriores, esta modalidad consiste en compartir ocasionalmente un automóvil particular, por parte de su propietario, con otras personas a las que permite viajar en su coche, tanto para viajes periódicos como para viajes puntuales, a cambio de que le paguen una cierta cantidad de dinero, lo que permite al propietario del vehículo, que pone su coche, lo conduce y corre con los gastos de combustible y peajes, unos ingresos que sufragan parte o la totalidad de los gastos en desplazamientos largos. Esta tipología implica viajar con desconocidos y está indicada para personas que necesitan realizar un viaje ocasionalmente y no disponen de vehículo propio, compitiendo por tanto con otros medios de transporte públicos, como el tren o el autobús.

Una reciente iniciativa llevada a cabo por Centro Zaragoza para impulsar la movilidad sostenible mediante el uso del carsharing de vehículo eléctrico ha sido una prueba piloto con la empresa Alma Mobility, poniendo a disposición de los trabajadores el servicio de carsharing que ofrece dicha empresa. Centro Zaragoza mediante esta prueba piloto está implantando la movilidad eléctrica compartida entre su plantilla, cumpliendo en todo momento las medias de prevención necesarias contra el SARS-COV-2, de este modo se reducen las emisiones de CO2 debidas a la movilidad para desplazarse al puesto de trabajo.

Dado que los planes del transporte al trabajo no son una obligación legal en España, es imprescindible que el compromiso con la sostenibilidad forme parte de la cultura de la empresa, línea en la que Centro Zaragoza está trabajando.

Los cambios de comportamiento en los patrones de movilidad al trabajo necesitan tiempo para producirse y requieren implantación de medidas a largo tiempo. Los hábitos actuales de movilidad en la ciudad se caracterizan por una dependencia creciente respecto del coche, produciendo un elevado consumo de energía y por lo tanto un gran impacto medioambiental. Por este motivo surge el planteamiento de movilidad sostenible, debido a la necesidad de logra run sistema de transporte que sea menos dependiente de los combustibles fósiles y que contamine menos. Para lograr este cambio se deben habilitar recursos, implantar medidas y cambiar tendencias, que necesitan la concienciación e implicación de la sociedad y la colaboración entre diferentes Administraciones.

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