¿Cuántos filtros tiene tu coche, para qué sirven y cuándo cambiarlos para evitar averías?

23 de junio de 2021

Los vehículos son máquinas de precisión y alta complejidad, diseñados para cumplir su función a la perfección durante años y cientos de miles de kilómetros. Pero son máquinas cuyo buen funcionamiento depende de un mantenimiento regular, con componentes de calidad. Es importante respetar los intervalos de mantenimiento especialmente en lo tocante al buen estado de la mecánica. Y una parte clave de este correcto mantenimiento consiste en cambiar a tiempo los filtros del automóvil para asegurarnos su correcto funcionamiento y evitar que el coche no sufra desgastes prematuros o graves averías.

Son cuatro los principales filtros que integra el vehículo: el filtro de aceite, el filtro de aire, el filtro de combustible y el filtro del habitáculo. Es importante saber identificarlos y que cada uno de ellos esté libre de suciedad y partículas que puedan dañar al motor impidiendo que el vehículo funcione de forma apropiada. Como su nombre indica, su labor se basa en la filtración de elementos físicos del aire o fluidos como el aceite y el combustible.

– El Filtro de Aceite. El aceite es la sangre de nuestro motor y el filtro de aceite es el elemento que se encarga que ninguna impureza termine dañando los componentes internos del motor. Los filtros de aceite están hechos de simple papel, pero consiguen atrapar en su interior pequeñas partículas e impurezas contenidas en el interior del motor, en muchas ocasiones derivadas de la propia combustión. En condiciones óptimas retiene un 95% de las impurezas que se puedan arrastrar hasta él. Y es que cabe tener en cuenta que una simple viruta metálica podría rayar las paredes de la cámara de combustión y provocar una avería.   Debido a su importancia, es recomendable que este se cambie siempre se renueva el aceite del coche.

– El Filtro de Combustible se ubica entre el depósito del vehículo y las rampas de inyección que se alojan en el motor, para que pueda retener las impurezas derivadas de los combustibles y que estas no alteren la función del motor. Su funcionamiento difiere si se trata de vehículos de gasolina o diésel. En el primer caso, su labor consiste en eliminar las impurezas del combustible antes de que lleguen al motor, mientras que en los vehículos que funcionan con gasóleo sirven para eliminar el agua y evitar la corrosión de los elementos metálicos del motor. En ambos casos, su tarea es primordial para garantizar la salud del motor y debe revisarse siempre que el vehículo entre al taller para su mantenimiento. De hecho, entre las averías frecuentes de los vehículos, se encuentra la derivada de la mala función de este filtro. 

– El Filtro de Aire protege al motor, ya que impide que entren partículas de polvo y otras impurezas en el flujo de aire que llega al mismo. Un filtro en buenas condiciones garantiza que el aire que llega al motor no contiene partículas abrasivas. De esta manera, la combustión se realiza en las mejores condiciones y el consumo de combustible se mantiene en los niveles adecuados, contribuyendo a la reducción de emisiones contaminantes. El estado de este filtro depende mucho de los lugares por los que se circula. De ahí que, en caso de andar por caminos polvorientos habitualmente, sea necesario proceder con mucha más frecuencia a su reposición que si se conduce por ambientes más limpios. Algunos signos de que el filtro del aire puede estar obstruido son la dificultad a la hora de acelerar o que el humo del escape salga más negro de lo habitual.

– El Filtro del Habitáculo se encarga, no solo evitar la entrada de suciedad en el interior, sino también salvaguardar la salud de los ocupantes con la retención de cualquier materia contaminante. En nuestras ciudades, el aire que respiramos contiene distintos niveles de humo, cenizas y otros agentes perjudiciales a los que en esta época se suma un incómodo factor adicional para muchas personas: el polen y las esporas, que desde primavera a otoño son un auténtico quebradero de cabeza para los alérgicos. Y es que estas partículas también se concentran en el interior de nuestro vehículo afectando a la calidad del aire que respiramos mientras viajamos en coche. Un aire viciado en el habitáculo del coche provoca fatiga y pone en riesgo la salud del conductor por ello el filtro del habitáculo es un componente importantísimo, puesto que mejora la calidad del aire que respiras y elimina prácticamente la totalidad de los agentes nocivos que el aire exterior transporta.

Los periodos de cambio de los filtros del vehículo deben ser los que recomiende el fabricante del vehículo, sin embargo, como norma general se pueden seguir los siguientes plazos: Aceite (Cada vez que se cambie el aceite), Aire (Entre 15.000 y 30.000 km.), Combustible (Diesel: entre 30.000 y 60.000 km. Gasolina: entre 40.000 y 80.000 km.), Habitáculo (Cada 15.000 km o una vez al año.).

Un mantenimiento preventivo de los filtros nos permitirá alargar la vida y rendimiento de nuestro vehículo, por este motivo, con el objetivo de contribuir en favor de la seguridad y de la economía de los conductores, la red de talleres Confortauto Hankook Masters oferta hasta finales del mes de agosto un 4×3 en filtros. Es complicado verificar el estado de algunos filtros por lo incómodo de su acceso en los vehículos modernos (sobre todo los filtros de habitáculo), en el caso de los filtros de aceite, es imposible conocer su estado de suciedad. Por este motivo es imprescindible que seamos muy estrictos respetando el mantenimiento de los mismos y el período de sustitución establecido por el fabricante.