La automatización parcial que combina confort y seguridad en la transición hacia el vehículo autónomo
Sistemas de seguridad DCAS nivel 2 automatización
El Nivel 2 de automatización de la conducción representa una etapa crítica en la evolución hacia la conducción autónoma, por ser el primer escalón de automatización parcial, es decir, el primer nivel en el que el coche conduce solo, en entornos muy específicos y siempre con el conductor monitorizando el entorno y alerta para hacerse cargo de la conducción en caso necesario. Los sistemas de seguridad DCAS -Sistemas de Asistencia de Control Dinámico- combinan funciones de varios ADAS, como el control de velocidad adaptativo -ACC- y el mantenimiento de carril -LKA-. Estos sistemas no solo incrementan la comodidad en la conducción, sino que también mejoran significativamente la seguridad al reducir errores humanos, anticiparse a situaciones de riesgo y proporcionar asistencia inmediata en momentos críticos, garantizando una conducción más segura y eficiente.
Los sistemas DCAS no solo incrementan la comodidad en la conducción, sino que también mejoran significativamente la seguridad al reducir errores humanos, anticiparse a situaciones de riesgo y proporcionar asistencia inmediata en momentos críticos, garantizando una conducción más segura y eficiente.
Estos sistemas forman parte del segundo nivel de automatización, denominado automatización parcial de la conducción, según la clasificación SAE International. Este nivel implica que el vehículo puede controlar simultáneamente la dirección y la aceleración o frenado en situaciones específicas. No obstante, el conductor debe permanecer atento y preparado para intervenir si el sistema lo requiere, manteniendo siempre la responsabilidad final sobre la conducción.
Características principales
Una de las características principales de los sistemas DCAS es su capacidad para combinar diversas tecnologías avanzadas, como sensores LiDAR, cámaras de alta definición, radar y algoritmos de inteligencia artificial. Estos componentes trabajan en conjunto para analizar el entorno del vehículo, identificar potenciales peligros y actuar preventivamente, lo que se traduce en un potencial considerable para reducir accidentes derivados de fallos o errores humanos.
Entre las funciones más destacadas de estos sistemas se encuentran las propias del control de velocidad adaptativo (ACC, Adaptive Cruise Control), capaz de mantener una distancia segura con el vehículo precedente, ajustando automáticamente la velocidad, a las que se añaden las del asistente de mantenimiento de carril (LKA, Lane Keeping Assist), que actúa mediante pequeños ajustes en la dirección para mantener el vehículo centrado en su carril, evitando desviaciones involuntarias y potencialmente peligrosas.
Además, estos sistemas deben incluir frenado de emergencia autónomo (AEB), que interviene de forma
inmediata si detecta una colisión inminente, activando los frenos para evitar o mitigar el impacto. Este elemento resulta especialmente crucial en entornos urbanos, donde peatones o ciclistas pueden surgir inesperadamente.
Los sistemas DCAS del nivel 2 combinan tecnologías avanzadas que pueden reducir significativamente los accidentes causados por errores humanos.

Impacto de los sistemas DCAS
La implementación de DCAS tiene beneficios directos e indirectos. Directamente, proporciona una mejora tangible en seguridad vial, minimizando errores humanos provocados por distracciones o cansancio. Indirectamente, favorece la eficiencia del tráfico, reduce el consumo de combustible al mantener una velocidad constante y previene maniobras bruscas que podrían incrementar las emisiones contaminantes.
Datos de accidentalidad analizados por IIHS, NHTSA y Euro NCAP ponen de manifiesto que el AEB puede
reducir hasta un 50% las colisiones por alcance trasero y el LKA entre un 10% y un 20% las salidas de vía. El ACC puede contribuir a reducir accidentalidad relacionada con la fatiga y la distracción, por reducir el estrés del conductor.
Es fundamental que el conductor permanezca atento incluso con la automatización parcial, manteniendo siempre la responsabilidad última sobre la conducción.
Sin embargo, es crucial que los conductores entiendan que estos sistemas no reemplazan la de atención constante. Aunque los DCAS pueden gestionar ciertas funciones de conducción, siempre se espera que el conductor supervise activamente y tome el control cuando sea necesario. Este equilibrio entre automatización y supervisión humana constituye uno de los grandes desafíos de estos niveles intermedios de automatización.
Desde el punto de vista regulatorio, la adopción del Nivel 2 de automatización implica un conjunto de normas específicas destinadas a garantizar la seguridad y efectividad de estos sistemas. La certificación y homologación de los DCAS incluye pruebas rigurosas que evalúan su desempeño en diversas condiciones climáticas y escenarios de conducción complejos.
Más allá del marco normativo, la aceptación social y la adopción práctica de los vehículos con automatización parcial dependen en gran medida de la confianza de los usuarios. En este contexto, un estudio pionero realizado por Walker et al. (2018) analizó cómo varía la confianza de los conductores tras la experiencia directa con vehículos de Nivel 2 en condiciones reales de conducción. El estudio incluyó a 106 participantes sin experiencia previa con este tipo de vehículos. Todos condujeron automóviles con sistemas de automatización parcial (Tesla Model S y Model X; Mercedes E-200 y E-350-E; Volvo XC90 y V90) y respondieron un cuestionario antes de conducir (m0), inmediatamente después (m1) y dos semanas después (m2).


Se investigó la confianza de los usuarios hacia estos sistemas en doce escenarios distintos: mantenimiento de la distancia de seguridad y mantenimiento de carril, frenar ante un obstáculo, conducir bajo lluvia intensa o reaccionar ante la aparición súbita de un animal, entre otros. Los resultados mostraron que, en 7 de los 12 escenarios, hubo cambios estadísticamente significativos en los niveles de confianza tras la experiencia práctica. Lo más relevante es que estos cambios fueron tanto positivos como negativos, dependiendo del tipo de escenario y la capacidad real de los sistemas para gestionarlo.
Por ejemplo, en escenarios como el mantenimiento de carril y el control de crucero adaptativo (ACC), la confianza aumentó significativamente tras la experiencia (de 4,21 a 4,62 sobre 5), ya que el desempeño superó las expectativas iniciales de los conductores. Este tipo de mejora sugiere que la experiencia directa permite ajustar al alza la confianza cuando las capacidades del sistema son fiables.
Sin embargo, en otros escenarios más exigentes, como lluvia intensa, curvas pronunciadas o la presencia de animales cruzando la carretera, la confianza disminuyó después de la conducción. Este descenso reflejó un reconocimiento más claro por parte de los usuarios de las limitaciones tecnológicas actuales. Específicamente, en el caso del cruce de un ciervo, los participantes pasaron de una puntuación media
de 2,69 a 2,20.
En términos técnicos, los sistemas DCAS continúan evolucionando rápidamente gracias al desarrollo de sensores más precisos y algoritmos más sofisticados. Esta mejora continua promete no solo aumentar la eficiencia y seguridad en la conducción, sino también preparar a la sociedad para niveles superiores de automatización donde la intervención humana sea cada vez menos frecuente.
La educación y la información adecuada sobre estos sistemas son fundamentales para maximizar sus beneficios y minimizar malentendidos o usos incorrectos que puedan derivar en accidentes evitables. La colaboración entre fabricantes, reguladores y educadores será clave para que la transición hacia una conducción con niveles más altos de automatización sea exitosa y ampliamente aceptada.
Conclusiones
El nivel 2 de automatización, representado por los sistemas DCAS, constituye una etapa esencial hacia la
conducción autónoma. Aunque estos sistemas pueden aumentar notablemente la seguridad y reducir errores humanos, requieren todavía la atención activa del conductor, destacando así la necesidad de una adecuada educación e información al usuario.
Además, la evolución tecnológica continua será clave para superar limitaciones actuales y fomentar una mayor confianza social, facilitando la transición gradual hacia niveles superiores de automatización.