Nivel 3 de automatización
El Nivel 3 de automatización vehicular, conocido como Automatización Condicional, representa un salto significativo en la evolución tecnológica del automóvil. Los sistemas ALKS (Automated Lane Keeping Systems) toman el control total de la conducción en condiciones específicas, permitiendo al conductor liberar momentáneamente la atención directa sobre la vía. Esta tecnología se encarga del control longitudinal y lateral del vehículo en tráfico congestionado, aumentando significativamente la seguridad, eficiencia y comodidad, aunque el conductor debe estar preparado para retomar el control rápidamente cuando el sistema lo solicite.
Los sistemas ALKS están diseñados para operar en entornos muy concretos -como autopistas claramente delimitadas o tráfico congestionado, asumiendo el control total del vehículo sin necesidad de supervisión activa del conductor durante su funcionamiento. A diferencia del Nivel 2, donde el conductor debe mantener siempre la atención y supervisar constantemente al sistema, el Nivel 3 permite una verdadera delegación de la conducción, aunque con la condición de que el usuario pueda intervenir cuando sea requerido.
Esta transición implica un cambio tanto tecnológico como legal y de responsabilidad: en el Nivel 3, el sistema asume la conducción y, por tanto, también las decisiones dinámicas durante el tiempo en que está activo. Esto representa un avance fundamental hacia una movilidad más autónoma, con mejoras notables en seguridad y confort, pero que aún requiere un entorno regulado y controlado para su implementación.
Características principales
La característica principal de los sistemas ALKS es su capacidad para gestionar autónomamente tanto la aceleración como la dirección y frenado del vehículo dentro de un carril específico. Para ello, utiliza una combinación sofisticada de tecnologías avanzadas que incluyen cámaras de alta resolución, radares, sensores ultrasónicos y, en algunos casos, sensores LiDAR, todos integrados con algoritmos avanzados de inteligencia artificial.
Una particularidad esencial del ALKS es su capacidad para identificar y adaptarse a la dinámica del tráfico
circundante, manteniendo la velocidad adecuada y las distancias seguras con respecto a otros vehículos.
Esta autonomía condicionada permite al conductor reducir significativamente el estrés durante largos periodos de tráfico lento o detenciones frecuentes, aumentando notablemente el confort durante viajes prolongados.
Los sistemas ALKS destacan por gestionar de forma autónoma la conducción en determinadas situaciones, adaptándose al tráfico en tiempo real y vigilando continuamente la atención del conductor.
Desde el punto de vista de la seguridad, estos sistemas incorporan mecanismos rigurosos de monitoreo del conductor. ALKS utiliza tecnologías que evalúan constantemente la atención y disponibilidad del conductor mediante sensores de detección de manos en el volante o cámaras que vigilan la dirección de la mirada. En caso de que el sistema detecte falta de atención prolongada, emitirá alertas progresivas para que el conductor retome el control inmediato del vehículo.
Impacto de los sistemas ALKS
Además de una notable mejoraría en términos de seguridad vial, la integración de sistemas ALKS trae consigo también beneficios ambientales indirectos, ya que una gestión óptima de la velocidad y la reducción de aceleraciones y frenadas bruscas permite disminuir significativamente el consumo de combustible y, por consiguiente, las emisiones contaminantes. Asimismo, estos sistemas pueden contribuir a una mejor fluidez del tráfico, especialmente en entornos congestionados.
Los sistemas ALKS, al integrar control de crucero adaptativo y asistencia de mantenimiento de carril, aportan una disminución significativa de los accidentes de tráfico. Un informe de la AAA Foundation (2018) concluye que la implantación masiva de tecnologías ADAS entre las que se incluyen el aviso de colisión frontal y los sistemas de mantenimiento de carril podría llegar a prevenir hasta un 40 % de los siniestros de turismos, un 37 % de las lesiones y un 29 % de las muertes en accidentes de pasajeros en EE. UU.
Un estudio de la NHTSA (2024) muestra que la combinación de frenada automática frontal (Autonomous Emergency Braking) con control de crucero adaptativo reduce un 45 % los choques frontales por alcance, y que el asistente de mantenimiento de carril (Lane Keeping Assistant) disminuye un 30 % los accidentes por salida involuntaria del carril.
A pesar de las claras ventajas en seguridad y eficiencia que aportan los sistemas ALKS, es fundamental recordar que el conductor sigue siendo el responsable último de la conducción. Estos sistemas actúan como asistentes y no como sustitutos del juicio y la atención humana, por ello, el conductor debe mantener permanentemente la vista en la vía, las manos cerca del volante y estar preparado para intervenir en cualquier momento ante situaciones imprevistas.
Retos en la adopción de los sistemas ALKS
La implementación efectiva del Nivel 3, como el ALKS, depende estrechamente de regulaciones específicas que definan claramente las responsabilidades de conductores y fabricantes de vehículos. Normativas como la UNECE R157 proporcionan directrices claras sobre la homologación y certificación de estos sistemas, asegurando que cumplan con altos estándares de seguridad y eficacia antes de llegar al mercado.
Además de la regulación, uno de los mayores retos para la adopción generalizada del ALKS reside en la percepción y aceptación del usuario final. Los conductores deben entender claramente las capacidades y limitaciones del sistema para evitar posibles situaciones de riesgo derivadas de una interpretación incorrecta sobre su funcionalidad y responsabilidades personales.
Por último, la evolución tecnológica constante es fundamental para mejorar estos sistemas. Avances recientes en sensores, inteligencia artificial y procesamiento de datos continúan potenciando el rendimiento y la fiabilidad del ALKS. Los fabricantes siguen invirtiendo en investigación y desarrollo para extender progresivamente el alcance operativo y la seguridad de estos sistemas hacia escenarios más complejos, preparando así el camino hacia niveles superiores de automatización total.
La norma UNECE R157 limita el funcionamiento de los sistemas ALKS a una velocidad máxima de 60 km/h. Esta norma ha sido adoptada por la mayoría de los países europeos y también por Japón y Corea del Sur.
Originalmente esta norma solo permitía la circulación dentro de un único carril, sin realizar adelantamientos ni cambios de carril por iniciativa propia. Una enmienda aprobada en 2023 permite el cambio de carril automático (ALC), en condiciones estrictas: cuando el carril esté libre, el sistema tenga visibilidad y tiempo suficientes y el cambio sea necesario y seguro. Países como Alemania y Japón ya permiten esta función, pero todavía no está ampliamente aprobada en toda la UE.
Exigencias legales de UNECE R157:
↘ El sistema debe monitorizar continuamente la disponibilidad del conductor.
↘ Si detecta que el conductor no está disponible para retomar el control, se activa una secuencia de advertencias visuales, sonoras y táctiles.
↘ Si no hay respuesta, puede iniciar una maniobra de parada de emergencia controlada.
La regulación clara y específica es crucial para la implementación segura y efectiva del Nivel 3 de automatización de la conducción.
Ejemplos de sistemas ALKS en el mercado
- Mercedes-Benz DRIVE PILOT
Es uno de los primeros sistemas de Nivel 3 homologados bajo el Reglamento UNECE R157. Permite al vehículo tomar el control total de la conducción en autopistas con tráfico congestionado. El conductor puede retirar las manos del volante y realizar otras actividades, aunque debe estar disponible para retomar el control cuando el sistema lo solicite
- Honda SENSING Elite
Disponible en el Honda Legend, este sistema gestiona aceleración, frenado y dirección sin intervención del conductor, y en Japón puede incluso realizar cambios de carril de forma autónoma en determinadas condiciones.
- Mobileye SuperVision
Aunque actualmente se considera un sistema de Nivel 2+ en muchos casos, Mobileye ha desarrollado su arquitectura pensando en la transición al Nivel 3. Permite conducción manos libres en ciertos escenarios, con percepción visual avanzada y mapeo en alta definición. Se ha implementado en vehículos de marcas chinas como Zeekr y Geely, con futuras actualizaciones previstas para una mayor autonomía.
Conclusiones
Los sistemas ALKS del Nivel 3 representan un avance notable hacia una conducción más segura, eficiente y cómoda, gestionando autónomamente tareas clave como la aceleración, frenado y dirección en situaciones específicas. A pesar de sus beneficios, su adopción depende fundamentalmente de regulaciones claras y de una percepción correcta del usuario sobre sus capacidades y limitaciones, además de una continua evolución tecnológica. Aunque prometen reducir significativamente accidentes y emisiones, todavía requieren que el conductor permanezca disponible y listo para intervenir inmediatamente, en caso de ser requerido.

