Revista nº101

r e v i s ta t é c n i c a c z — n º 1 0 1 23 aluminio a la misma vez.” Gracias a ellos, se reduce enormemente los procesos de enderezar piezas de carrocería. Los equipos modernos contribuyen igualmente a re- ducir el número de etapas de reparación. Por la tecnología que ofrecen, su ergonomía y su po- tencia, hacen que sea más fácil devolver el metal a su forma original, lo que supone menos tiempo invertido en tareas posteriores a la reparación - como la apli- cación y lijado de anexos -, y menos cantidad de ma- terial empleado. Un punto clave que se debe recordar es que cuanta menos masilla se utiliza, mejor. No solo conlleva un tiempo de secado más corto y menores gastos, sino que también reduce el riesgo de que el metal pierda sus propiedades originales. De manera similar, en el desabollado de aluminio, la técnica del arco tirado provee ganancias de produc- tividad innegables con respeto al antiguo método de descarga capacitiva. Efectivamente, el primer proceso permite tirar de cualquier superficie - en particular de los bordes mediante la soldadura de anillas - ade- más de ocasionar menos desperfectos en la chapa. La protección gaseosa evita cualquier contaminación de la pieza, es más suave para los espesores finos, no deja impacto en la parte trasera del material y el acabado es casi inexistente (la eliminación de res- tos de elementos soldados es más fácil que con la descarga capacitiva). Adicionalmente, conseguir una buena penetración y ser capaz de colocar las anillas muy próximas las unas de las otras, ayuda a lograr una fuerza de tiro superior y, en consecuencia, más eficiente. VERSATILIDAD… Otra cualidad del equipamiento de última generación es la versatilidad. Veinte años atrás, los coches se Sencillez de uso, rapidez y versatilidad son características esenciales de las máquinas. M E C Á N I C A Y E L E C T R Ó N I C A Optimizar el trabajo con un carro de desabollado (aquí, el SPEEDLINER de GYS).

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