No cabe duda de que los vehículos eléctricos están transformando el panorama automotriz. A medida que la demanda de componentes tradicionales para motores de combustión interna disminuye de forma constante, surgen nuevos retos. Entre ellos, el hecho de que los sistemas de dirección y suspensión están adquiriendo un papel más importante que nunca.
Por lo general, los vehículos eléctricos pesan más que los vehículos con motor de combustión interna, hasta un 25 % más de media. Esta diferencia depende de varios factores, como el tamaño de la batería, el diseño de la plataforma y la clase de vehículo. Sin embargo, el factor que más influye es la batería, que puede añadir varios cientos de kilogramos al peso total del vehículo.
Inevitablemente, este peso adicional supone una mayor carga para los sistemas clave del vehículo, en particular, los componentes de la dirección y la suspensión, ya que estos sistemas deben ahora trabajar más para gestionar cargas mayores y, al mismo tiempo, seguir ofreciendo una conducción suave y sensible con un manejo preciso. Este reto se ve agravado por la alteración de la distribución del peso en los vehículos eléctricos, la mayoría de los cuales suelen tener un centro de gravedad más bajo debido a la batería montada en una posición más baja. Esto altera el comportamiento dinámico del vehículo, influyendo en factores como la inclinación, el balanceo y la respuesta en las curvas. Como resultado, los vehículos eléctricos requieren soluciones de suspensión robustas y de alto rendimiento que puedan soportar la tensión adicional y respaldar el comportamiento dinámico del vehículo sin comprometer la seguridad ni la comodidad. Son precisamente estas características mayor peso y dinámica alterada las que están redefiniendo los requisitos de las tecnologías de dirección y suspensión en toda la industria automotriz.
Para satisfacer estas mayores exigencias, los fabricantes de equipos originales como KYB están adaptando sus productos mediante el desarrollo de componentes de suspensión avanzados, diseñados específicamente para el mayor peso y la dinámica única de los vehículos eléctricos. Para ello, KYB cuenta con una amplia red mundial de I+D, complementada con centros técnicos especializados en los que se prueban y perfeccionan continuamente materiales y tecnologías innovadoras. El impulso para reducir el peso de los vehículos eléctricos, por ejemplo, ya está influyendo en la elección de los materiales; KYB está explorando asientos con muelles de plástico de alta resistencia, que pueden ahorrar hasta 0,5 kg por puntal sin comprometer el rendimiento.
En lo que respecta al desarrollo de suspensiones para los fabricantes de vehículos, KYB ya ha observado un aumento de la demanda de sistemas de suspensión activos en lugar de los sistemas pasivos tradicionales. En los sistemas de suspensión pasiva, las características de amortiguación, como las tasas de compresión y rebote, deben fijarse durante la fase de desarrollo del vehículo. En cambio, los sistemas de suspensión activa permiten ajustar en tiempo real las fuerzas de amortiguación. Mediante el uso de sensores para leer la carretera, los sistemas de suspensión activa pueden ajustar dinámicamente la amortiguación en tiempo real en función de diversos factores, como las condiciones de la carretera, el ángulo de dirección y la aceleración. Esto no solo permite optimizar el confort de conducción, sino que también es fundamental para ayudar a gestionar cualquier peso adicional.
En los últimos años, KYB ha trabajado en varios proyectos con los principales fabricantes de vehículos para desarrollar soluciones de suspensión activa. Por ejemplo, en 2024, los amortiguadores controlados electrónicamente de KYB fueron adoptados por el Grupo Volkswagen para los vehículos equipados con el sistema DCC Pro (Dynamic Chassis Control Pro), incluidos el Tiguan, el Passat Variant, el SKODA Superb y el Kodiaq. Esta colaboración pone de relieve la experiencia de KYB en tecnologías de amortiguación de precisión y su compromiso continuo con el desarrollo de productos basados en las demandas del mercado.
Si miramos hacia el futuro, a medida que avancen las funciones de conducción autónoma, la necesidad de una suspensión activa dejará de ser un lujo para convertirse en una necesidad absoluta. Para funcionar como vehículos sin intervención manual, estos vehículos dependen exclusivamente de sensores como cámaras, LiDAR y sensores ultrasónicos para leer e interpretar el entorno que los rodea. Un sistema de suspensión ineficaz puede provocar vibraciones y sacudidas, lo que reduce la precisión de estos sensores y, por lo tanto, cualquier compromiso de su eficacia puede convertirse en un problema crítico para la seguridad. En estas circunstancias, la suspensión activa ayudará a aislar la carrocería del vehículo y sus sensores de cualquier imperfección de la carretera.
“Ya estamos empezando a ver un aumento de la demanda de piezas a medida que estos vehículos entran en el mercado de posventa, y eso solo va a aumentar con el tiempo”, afirma Jordan Day, director sénior de Marketing de KYB Europa. “KYB ha estado en el centro del desarrollo de los vehículos eléctricos desde el principio, como proveedor de equipos originales para el primer vehículo eléctrico producido en serie (el Toyota Prius), y esa herencia se refleja en la solidez de nuestra oferta de vehículos eléctricos e híbridos. De hecho, en comparación con 2024, el número de referencias que KYB ha incluido para vehículos eléctricos e híbridos se ha más que triplicado solo en 2025, y estamos viendo un aumento en el número de piezas introducidas en la gama para Tesla, Polestar y otros vehículos eléctricos populares”. A medida que esta avanzada tecnología de equipo original llega al mercado de posventa, es más importante que nunca que los talleres instalen componentes originales que cumplan con las especificaciones de equipo original. La creciente complejidad de las tecnologías de suspensión y dirección significa que el uso de componentes de menor calidad conlleva un riesgo significativo. Para facilitar esta transición, los formadores y el servicio de asistencia técnica de KYB estarán a su disposición para garantizar que los talleres dispongan de las habilidades y los conocimientos necesarios para instalar y calibrar estos sistemas de suspensión de forma fiable y segura.