Formación de los profesionales de la reparación del automóvil

30 de mayo de 2017

A veces, en el sector de la reparación del automóvil, se recuerda la época de los aprendices, (método que procede de la era de los gremios artesanales), en ocasiones, quizás, de una forma muy “bucólica” ¡lo bien que se aprendía el oficio!

Cuestión que es muy debatible, yo mismo fui aprendiz durante muchos años, de hecho nací y crecí en el taller familiar.

Cuando se habla de este sistema de aprendizaje se debería tener en cuenta algunas cuestiones como:

» El tiempo que se tardaba.
» La falta de formación técnica que se tenía.
» Y que únicamente se aprendían los trabajos que desarrollaba la empresa donde se tenía la fortuna de haber caído.

Tener buenos profesionales es la base de la rentabilidad de los talleres, por tanto, de su futuro. Ahora bien ¿Cómo formar a estos profesionales?
Una cuestión que no es nada nueva, desde los inicios de la evolución del hombre, ha estado asociada al aprendizaje de nuevas técnicas: tallar la piedra, fabricar útiles, enseres… se trataba de un aprendizaje basado en el tiempo y la prueba del ensayo/error, método impensable hoy en día.

Es verdad, que cuando se inició la preparación de los profesionales en los centros educativos, se hizo de espaldas a la realidad del mundo laboral. Una etapa superada con la Formación Profesional LOGSE (1990), donde se estableció una nueva forma de entender el aprendizaje de la FP, en la que se comenzó a contar con la colaboración de las empresas, estableciéndose la obligatoriedad de realizar prácticas formativas (FCT – Formación en Centros de Trabajo) para poder obtener la titulación correspondiente.

Desde entonces y, una vez superada la etapa en la que F.P. era “la hermana pobre” del sistema educativo, la formación de los futuros profesionales ha ido evolucionando apoyándose en esta relación empresa/centro educativo, aumentando su protagonismo en nuestra sociedad.

Un taller, lo que necesita es un profesional, con una formación adecuada, que le permita integrarse en la organización de la empresa y sea productivo en el menor tiempo posible, teniendo los conocimientos y aptitudes necesarias para adaptarse a futuros cambios tecnológicos.

El sistema educativo tiene la responsabilidad de preparar a los profesionales, para ello, debe estar atento a la evolución del sector productivo con el objeto de: actualizar su currículum y aprender a utilizar la organización de las empresas para completar la formación de los futuros profesionales, sin que ello signifique traspasarle la responsabilidad de dicha formación. Entendiendo como “formación” un abanico mucho más amplio que el mero aprendizaje de desmontar/montar elementos.

El profesional de la reparación debe también superar el adjetivo de ser “un manitas” y asumir el ser TÉCNICO de la reparación, preparado para diagnosticar cambiando lo preciso, realizar los mantenimientos adecuados y, saber argumentar todas sus decisiones.

Es mucho lo que queda pendiente por avanzar en la preparación de los futuros profesionales, pero si hemos llegado hasta aquí es desde luego gracias a las empresas que entienden que la colaboración con los centros educativos, no es un gasto, sino una inversión, que a la vez redunda en la sociedad en general. También, desde luego, gracias a los profesionales de la docencia implicados en su profesión.

Desde la Fundación Compromiso con la Formación Profesional (COMFORP) queremos participar en este avance, aportando nuestro granito de arena, que consiste en organizar actividades donde participen de forma conjunta empresas, administraciones educativas, profesorado y los futuros profesionales. En ello llevamos 14 años y desde los inicios con la colaboración y apoyo de las empresas más representativa de este sector como Centro Zaragoza y todos sus profesionales.

Gracias por creer en la Formación Profesional.